miércoles, 12 de diciembre de 2018

Un momento... LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR BIEN NUESTROS RECURSOS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR BIEN NUESTROS RECURSOS

Hay muchas y muy variadas formas de robar al prójimo, así como hay gran diversidad de modos de robar a DIOS.
Pero quizás hemos meditado poco sobre las formas en que nos robamos a nosotros mismos.
Una mala administración de nuestros recursos puede llevarnos a entregar nuestro dinero alegremente sin darnos cuenta. Es común escuchar a muchas personas decir que se niega a dar el diezmo a DIOS porque es un robo desvergonzado, sin embargo, esas mismas personas cuando compran cosas a  crédito entregan mucho más del diez por ciento a las tarjetas.
Las tarjetas de crédito más populares entre las clases media y baja y que se precia de haber sido hecha para hacer más fácil la vida de la gente, cobran un interés muy alto por mes, aunque muchos creen que tienen “3 meses sin intereses”.
Muchas tarjetas juegan al monto mínimo, con lo que las personas son impulsadas a pagar mensualmente solo una cantidad pequeña mensualmente a la tarjeta, dejando el resto de la deuda para luego. Lo que no advierten es que aquello que queda da intereses al banco y que los intereses sobre los intereses van haciendo de la deuda un ciclo acumulativo que cada vez se vuelve más difícil de pagar.
En la Biblia encontramos serias restricciones al endeudamiento, la segunda parte de Proverbios 22.7 dice:…” y el deudor es esclavo del acreedor”.
De hecho, era mal visto el hombre que prestaba con intereses. “Si le prestas dinero a alguna persona pobre de mi pueblo que viva contigo, no te portes con ella como un prestamista, ni le cobres intereses”.  (Éxodo 22.25)
Hoy en día, sin embargo, nuestra economía se sostiene sobre la base del préstamo y los intereses.
Pero además, y cada vez con mayor énfasis, sobre la base del consumo. No podemos salir a la calle sin sentirnos invadidos de publicidad que nos impulsa a comprar cosas que no necesitamos.
DIOS insistentemente nos lleva a cuidar nuestras finanzas. Nos advierte que somos administradores o mayordomos de lo que recibimos de su gracia y que debemos saber utilizarlo sabiamente para el bienestar personal, de nuestra familia y de nuestro prójimo.
Un mayordomo, es aquel que administra los bienes de otros. Si cambiamos la perspectiva acerca de lo que tenemos, sabiendo que nada es nuestro sino que todo le pertenece a DIOS, ahí nos convertimos  en mayordomos.
David decía en 1 Crónicas 29.14: Pues, ¿quién soy yo y qué es mi pueblo para que seamos capaces de ofrecerte tantas cosas? En realidad, todo viene de ti y sólo te damos lo que de ti hemos recibido”.
El hecho de que no podamos ayudar a otros, o que no seamos capaces de dar nuestros diezmos conforme a lo que dice las Escrituras porque no alcanza el dinero (es lo que muchas veces escuchamos), parte del hecho de que no somos buenos administradores de lo que hemos recibido.
El primer paso para no robar a nuestro prójimo ni robar a DIOS es no robarnos a nosotros mismos por medio de gastos innecesarios, pagos a crédito que comen nuestros recursos falta del hábito de la buena administración financiera.
Antes que una acción emotiva un domingo por la mañana en la cual me decido a dar un gran cantidad excepcional para la iglesia, lo que DIOS requiere de nosotros es que administremos bien nuestros recursos y que destinemos una cantidad porcentual a DIOS así como a nuestro prójimo.
DIOS nos guíe siempre a ser buenos administradores de los dones que recibimos de él.
Dios les bendiga abundantemente.

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