martes, 4 de diciembre de 2018

Leyendo... Nahúm capítulo 2



LECTURA DIARIA:
Nahúm capítulo 2

El destruidor  del que habla el mensaje del profeta representa a la coalición de medos, babilonios y escitas que se preparaba para atacar a Nínive.
Los asirios practicaron una política de deportar a los pueblos y dispersarlos por todo el imperio, despojándolos de sus identidades nacionales y de toda continuidad histórica. Pero Asiria, el gran destruidor, será destruida por otros. Las breves y entrecortadas expresiones, guarda la fortaleza, vigila el camino , descubren la urgencia de prepararse para un ataque inminente; pero una cierta ironía se deja sentir, porque todos los esfuerzos asirios son inútiles ante lo inevitable del juicio divino.
Este capítulo predice los hechos de 612 a.C. cuando la coalición de los ejércitos babilónico y medo saquearon la impenetrable Nínive.
La ruina de Asiria se eclipsa ante la restauración del pueblo de Dios. Jehová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel: O sea, de los reinos del norte y el sur. Como el reino del norte nunca más resurgió, la alusión de Nahúm parece abarcar las futuras bendiciones del pueblo de Dios en la edad de la Iglesia, el Milenio, y el mundo por venir; todas éstas son parte de lo que en el AT se llama «el Día del Señor».
Asiria saqueó y aplastó al reino del norte y deportó a su pueblo en 722 a.C. Asiria también atacó al reino del sur (aquí llamado Jacob).
El conflicto de los valientes entre los invasores y las tropas de Nínive ya está planteado. Las armas a utilizar se describen gráficamente: Los escudos enrojecen mientras se disponen a entrar en combate. Los valientes están vestidos de grana, el color de los uniformes de los invasores. Los carros, el arma más temible en aquella época, se precipitan hacia adelante con gran estruendo.
El rey de Asiria inspecciona sus mejores tropas, pero aquellos esfuerzos serían vanos ante la destreza de los atacantes. En este punto, los invasores parece que habían atravesado el primer foso de 50 m de ancho que rodeaba a Nínive y colocado rampas móviles contra una o más de las 15 puertas que daban acceso a la ciudad.
Nínive fue alguna vez como un bello estanque de aguas , con sus canales bien diseñados, pero ahora Dios la ha dejado secar. Fuentes antiguas atestiguan el enorme botín sacado de Nínive.
En un giro irónico, Nahum evoca la figura de un león para burlarse de la caída de Nínive. El león era el símbolo de la nación, y los monarcas asirios a veces se llamaban a sí mismos «rey de las bestias».
.La fuente principal de la economía de Asiria era el botín que obtenía de otras naciones. Los asirios robaban la comida de los inocentes para mantener su lujoso nivel de vida, privando a otros para suplir sus excesos. Este acto para satisfacer el lujo de unos pocos es un pecado que provoca la ira de Dios. Como cristianos debemos oponernos firmemente a esta práctica malvada.La caída de Nínive es un acto de retribución divina. Fuentes antiguas y excavaciones modernas confirman que porciones de la ciudad fueron quemadas. La caída de Nínive silenció a los asirios para siempre.
Dios le dio al pueblo de Nínive una oportunidad de arrepentimiento, lo que aceptaron después de escuchar a Jonás (véase el libro de Jonás). Pero ahora volvieron a su pecado y sus consecuencias los estaban destruyendo.

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