sábado, 29 de diciembre de 2018

Un momento... ¿CUÁL ES NUESTRO PROPÓSITO EN LA VIDA?



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿CUÁL ES NUESTRO PROPÓSITO EN LA VIDA?

Pensemos en un martillo. Está diseñado para clavar. Para eso fue creado. Ahora imaginemos que al martillo nunca se le da uso. Solo está guardado en la caja de herramientas. Al martillo no le importa.

Pero ahora imaginemos ese mismo martillo con un alma, consciente de sí mismo. Pasan y pasan los días y él sigue en la caja de herramientas.
Se siente extraño adentro, pero no está exactamente seguro porqué. Algo falta, pero no sabe que es.
Entonces un día alguien lo saca de la caja de herramientas y lo usa para quebrar algunas ramas para la chimenea. El martillo está muy feliz. Al martillo le encanta ser sostenido, esgrimido y estar golpeando las ramas.
Sin embargo al finalizar el día, aún no se siente realizado. El golpear las ramas fue entretenido, pero no fue suficiente. Algo falta todavía.
En los días siguientes es usado a menudo. Reforma una tapa de rueda, destruye una plancha de yeso, restituye la pata de una mesa.
Sin embargo, aún no se siente realizado.
Ansía más acción. Quiere que lo usen tanto como sea posible para derribar, quebrar, abollar cosas. Se imagina que no ha tenido suficiente de estos acontecimientos para satisfacerlo. Más de lo mismo, cree es la solución a su falta de realización.
Entonces un día alguien lo usa en un clavo. De repente, se encienden las luces en su alma de martillo. Ahora entiende para que fue verdaderamente diseñado. Fue para golpear clavos. Todas las otras cosas que él golpea palidecen en comparación.
Ahora sabe lo que su alma de martillo estaba buscando todo el tiempo.
Hemos sido creados a la imagen de DIOS para tener una relación con Él.  
Tener esa relación es la única cosa que va a satisfacer esencialmente nuestras almas. Hasta que llegamos a conocer a DIOS, habremos tenido muchas experiencias maravillosas, pero no hemos dado en el clavo.
Hemos sido usados para algunos nobles propósitos, pero no para el que fuimos esencialmente creados, no para el que a través del cual encontraremos la mayor realización.
Una relación con DIOS es lo único que calmará nuestros anhelos. Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida: el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás." Estamos hambrientos y sedientos en la vida hasta que llegamos a conocer a DIOS. Tratamos de "comer" y "beber" toda clase de cosas para satisfacer nuestra hambre y sed, pero no obstante ellos permanecen.
Somos como el martillo. No nos damos cuenta que pondrá fin al vacío, a la falta de realización en nuestras vidas.
Generalmente cuando dejamos a DIOS afuera, tratamos de realizarnos en cosas que no tienen que ver con DIOS, pero nada logra satisfacernos. Pasamos "comiendo" o "bebiendo" más y más, erróneamente pensando que "más” es la respuesta al problema, sin embargo no estamos nunca completamente satisfechos.
DIOS tiene un Propósito mayor al salvarnos: “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”
(2 Timoteo 1.9).
Nuestro mayor anhelo es conocer a DIOS, tener una relación con Él.
¿Por qué?
Porque esa es la manera como hemos sido creados. ¿Ya ha dado en el clavo? “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. (Efesios 2.10).
Dios les bendiga abundantemente.

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