domingo, 8 de julio de 2018

Un momento... VIVIR CONFORME A NUESTRA FE



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
VIVIR CONFORME A NUESTRA FE

En nuestra vida cristiana hemos visto muchos casos de personas que reciben a Cristo y en la fuerza de su primer amor se entregan al servicio de manera total, pero de pronto, su fe se enfría, caen en un estado de desánimo a tal grado que dejan de asistir con los hermanos de la congregación. 

Es más, estas mismas personas llegan a comportarse no solo igual que los incrédulos sino peor, sin importarles que un día DIOS los compró con su sangre, perdonó sus pecados, y lo puso en un lugar de servicio para le honrara.  
Pierden la sensibilidad, la vergüenza  al andar no conforme  a la fe, sino conforme a la carne, al mundo y al pecado.
Cuando descuidamos la fe, cuando dejamos de fortalecerla, cuando no practicamos las cosas que identifican nuestra fe, venimos a ser presa fácil para el diablo, el mundo, y el pecado.
Cuando no vivimos conforme a la fe y a la nueva identidad que DIOS nos dio, hijos de DIOS, en el momento que recibimos a Cristo, fácilmente somos alucinados, embrujados, engañados por el mal, por lo malo y por el malo.  
Esta es la razón por la cual el apóstol Pablo en la carta a los Colosense en el capítulo 2  insiste en decir a los hermanos que tengan cuidado para no ser engañados (versículo 8) y juzgados (versículos 16).   
Hay tantos falsos “maestros” con tantas enseñanzas camufladas, que si el cristiano no está bien cimentado en la fe, en la palabra, en la vida cristiana, en una relación profunda con DIOS, con facilidad es engañado.
Con tanta razón, en Efesios, Pablo insiste 5 veces que debemos andar en la fe (4.2, 17,5.1, 5,15). 
Luego mantiene la misma idea en Col. 2.6, que vivamos o andemos en Él, siguiendo el ejemplo de Jesús, viviendo conforme a la nueva naturaleza, a la nueva amistad, a la nueva relación, a la nueva identidad desde el momento en que creímos en Jesús.   
Realmente, es muy lamentable ver que personas que en un momento determinado han servido a DIOS en la iglesia, por flaqueza, por influencia de la carne, por falta de madurez espiritual, tiempos más tarde desertan de la fe para irse tras los deseos de la carne, para estar bajo las órdenes del pecado, del mundo y del diablo.  
Lo más seguro es que si estas personas, realmente creyeron en Jesús, DIOS se encargará de juzgarlas según sus obras.
Pero por el otro lado, da gusto ver a personas y familias completas que desde que rinden sus vidas a Cristo, se esfuerzan por conducirse de acuerdo a la fe que recibieron. Engalanan el evangelio, fortalecen la proclama, ejemplifican lo que dice el 2.6.   
Gracias DIOS por las vidas transformadas, tenemos que orar por aquellos que han perdido el deseo de vivir apegados a la fe y  a la Palabra, para que se levanten y se renueven, para que vuelvan a vivir conforme a la fe.
 ¡Vivamos según lo que somos! ¡Si ya somos hijo de DIOS, vivamos como tal!
Dios les bendiga abundantemente.

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