sábado, 14 de julio de 2018

Leyendo... Jeremías capítulo 24



LECTURA DIARIA:
Jeremías capítulo 24
Utilizando una visión en la que aparecen dos cestas de higos, Dios divide al pueblo en dos partes.
Los higos buenos son aquellos que Nabucodonosor exilió en 597 a.C., incluyendo a Joaquín, los príncipes, artesanos y herreros de Jerusalén. Los higos malos son todos aquellos que permanecieron en el país. Los exiliados serían devueltos a su tierra y prosperarían, pero Sedequías, y todos los que se quedaron con él, serían destruidos.
Esto sucedió en 597 a.C. Jeconías (también conocido como Joaquín) fue llevado a Babilonia y Sedequías comenzó su reinado. A menudo se llevaban cautivos a los príncipes del rey para evitar que ejercieran poder y comenzaran una rebelión. También se llevaban a los artesanos debido a que eran valiosos para el programa de construcción de Babilonia. Jeremías predijo este acontecimiento.
Los higos buenos representaban a los cautivos en Babilonia, no porque por sí mismos fueran buenos, sino porque sus corazones responderían a Dios. Por lo tanto, El los cuidaría y traería de regreso a la tierra. Los higos malos representaban a los que se quedaron en Judá o huyeron a Egipto. El pueblo creía que sería bendecido si permanecía en la tierra o escapaban a Egipto, pero sucedió lo opuesto, ya que Dios utilizaría el cautiverio para refinarlos.
Dios cuidaba a los cautivos en Babilonia. A pesar de que los trasladaron a una tierra extranjera, su cautiverio no fue esclavitud. El pueblo podía tener negocios y casas propias. Algunos, como Daniel, incluso ocuparon altos puestos en el gobierno.

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