UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿POR
QUÉ VA EL MUNDO A LA DERIVA?
De
sequías a inundaciones, de hambrunas a epidemias, de violencia escolar a
naciones en guerra, ¿hay alguna razón que explique las calamidades del mundo?
¿Hay alguna esperanza para el futuro?
¡Las
Escrituras nos dan la respuesta!
Son
muy pocos quienes creen en un DIOS verdadero. Aun menos son los que
creen en el DIOS de la Biblia.
La
enseñanza sobre la teoría de la evolución, en el razonamiento humano y en el
movimiento de "auto realización"; han terminado por desalojar casi
del todo la idea de servir a nuestro Creador. Una serie interminable de libros,
artículos, películas y programas de televisión bien presentados se han reído de
la idea de un DIOS real, de un Creador y Gobernante del Universo.
Esto
ha afectado para mal a incontables millones de personas.
Cada
día que pasa, el hombre de este tiempo afirma su idea de vivir sin DIOS, en una
sociedad que se va corrompiendo día a día cada vez más.
Las
presiones de activistas en favor de prácticas que DIOS aborrece y dice claramente
en su Palabra que están mal, viven presionando para poder legalizarlas.
Estas
ideas hace unos años habrían sido absolutamente inconcebibles. Casi cualquier
líder religioso en otra época habría condenado rotundamente estas prácticas viles.
El apóstol
Pablo, inspirado por DIOS, describió así a los intelectuales de su época:
"Profesando ser sabios, se hicieron necios" (Romanos 1.22).
Luego prosiguió: "Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues
aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de
igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos
hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su
extravío" (vs. 26-27).
En
el futuro cercano, y debido en gran parte a esas prácticas abominables, la
gente se sentirá vacía, sin propósito para vivir, mientras se imponen
más y más prácticas viles y los hombres y mujeres se alejan más y
más de DIOS por sus grotescos pensamientos y acciones.
Aquellos
encargados de legislar las leyes, en diferentes países, han decidido rechazar
las leyes de DIOS. Han secundado las actitudes modernas de burlarse de
DIOS y su Palabra inspirada.
¡En
sus leyes y juicios han "despreciado" los estatutos y juicios del
DIOS de la Biblia!
Muchos
se preguntan: ¿Por qué marchan mal tantas cosas? La gente
está molesta. Son muchas las cosas en el mundo que "van mal" para
nuestros pueblos. ¿Por qué?
El
Creador ya había predicho que precisamente esto vendría sobre
nuestros pueblos si dábamos la espalda a Él y a sus leyes y estatutos: "Si
no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis
decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis
mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto:
enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman
los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla,
porque vuestros enemigos la comerán" (Levíticos 26.14 – 16)
DIOS
advirtió que si transgredíamos sus "mandamientos" y
"estatutos", estos juicios vendrían sobre nosotros como pueblo suyo.
El
primero sería "terror", que puede traducirse como terrorismo.
Luego vendrán "extenuación y
calentura", o sea enfermedades. Una de las peores enfermedades de este
tipo es el sida, que se propaga directamente por el contacto
homosexual y prácticas relacionadas.
Luego,
y tal como lo puntualiza Levítico 26, sufriremos una gran ola
de epidemias, sequías y hambre. Sobre el mundo
vendrán terremotos y otros desastres "naturales", si
es que los pueblos no se arrepienten y se vuelven sinceramente a DIOS.
Quienes
hemos llegado a creer de verdad que hay un DIOS real
tenemos porqué sentirnos agradecidos. Porque Él sí intervendrá, sí "rescatará"
a la humanidad de sus pecados y problemas.
Jesús
dice: "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos
por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante
del Hijo del Hombre" (Lucas 21.36).
Debemos,
pues "velar" con oración constante, rogando que seamos
"dignos" de escapar de estas cosas que pronto vendrán.
Dios
les bendiga abundantemente.
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