LECTURA
DIARIA:
Miqueas
introducción
Miqueas
era de Moreset, pueblo a orillas de la llanura por donde pasaban todos los
ejércitos de Asiria o Egipto.
Conocía los sufrimientos y destrucciones de la
guerra y también la explotación del campesino.
Un
día Dios lo llamó y le dio «fuerza, justicia y valentía» para que fuera a
denunciar los pecados de Israel. Habló en nombre de un Dios a quien nadie amaba
y denunció con suma violencia las injusticias que se cometían por todas partes.
Como Isaías, al condenar la sociedad en que vivía, anunció la prosperidad que
Jehová reservaba a Jerusalén en tiempos futuros.
El Libro de Miqueas fue escrito probablemente entre el 735 y el 700 a.C.
Miqueas e Isaías vivieron en la misma época, aproximadamente del año 750 al 680 a.C.
El Libro de Miqueas fue escrito probablemente entre el 735 y el 700 a.C.
Miqueas e Isaías vivieron en la misma época, aproximadamente del año 750 al 680 a.C.
El
mensaje del Libro de Miqueas es una compleja mezcla de juicio y esperanza. Por
una parte, las profecías anuncian un juicio sobre Israel por la maldad social,
el liderazgo corrupto, y la idolatría. Este juicio debía culminar con la
destrucción de Samaria y Jerusalén. Por otra parte, el libro proclama no solo
la restauración de la nación, sino la transformación y exaltación de Israel y
Jerusalén. Sin embargo, los mensajes de esperanza y condenación no son
necesariamente contradictorios, puesto que la restauración y transformación
tienen lugar solo después del juicio.
El profeta condena a los gobernantes, los sacerdotes, y profetas de Israel, quienes explotan y extravían al pueblo. Es debido a sus hechos que Jerusalén será destruida. El profeta Miqueas proclama la liberación de la gente que irá de Jerusalén a Babilonia y concluye con una exhortación para que Jerusalén destruya a las naciones que se han unido contra ella. El gobernante ideal vendría de Belén para defender a la nación y el profeta proclama el triunfo del remanente de Jacob y vislumbra el día cuando Jehová purgará a la nación de su idolatría y confianza en el poder militar.
El profeta condena a los gobernantes, los sacerdotes, y profetas de Israel, quienes explotan y extravían al pueblo. Es debido a sus hechos que Jerusalén será destruida. El profeta Miqueas proclama la liberación de la gente que irá de Jerusalén a Babilonia y concluye con una exhortación para que Jerusalén destruya a las naciones que se han unido contra ella. El gobernante ideal vendría de Belén para defender a la nación y el profeta proclama el triunfo del remanente de Jacob y vislumbra el día cuando Jehová purgará a la nación de su idolatría y confianza en el poder militar.
El
profeta expone un poderoso y conciso resumen de los requerimientos de justicia
y lealtad de Jehová, y anuncia el juicio sobre aquellos que han seguido los
caminos de Omri y Acab.
El libro concluye con
una liturgia profética que contiene los elementos de un lamento. Israel
confiesa su pecado y su liberación es asegurada a través de los poderosos actos
de Jehová.
No hay comentarios:
Publicar un comentario