LECTURA
DIARIA:
Abdías
Introducción
Abdías
fue profeta en Judá alrededor de 853 a.C. Edom siempre era una espina en el
costado de Judá. A menudo participaron en los ataques que otros enemigos
iniciaron.
Contemporáneo
de Elías (875-848) Miqueas (865-853) y Jehú (855-840)
Abdías
fue un profeta de Judá que habló del juicio de Dios en contra de la nación de
Edom. Hay dos fechas que comúnmente se dan a esta profecía:
(1)
entre los años 848 y 841 a.C., cuando al rey Joram y Jerusalén los atacaron la
coalición filisteo-árabe, o en 586 a.C., cuando los babilonios destruyeron por
completo a Jerusalén.
El
libro de Abdías es el más corto del Antiguo Testamento.
Las
profecías de Abdías contra Edom son parecidas a las que se encuentran en otros
libros del Antiguo Testamento. Sin embargo, entre esas profecías, las de Abdías
son singulares porque declaran que la razón por la que la crueldad de Edom
hacia Judá era tan ofensiva era porque las personas de las dos naciones estaban
emparentadas. De particular crueldad fue la decisión de Edom de mantenerse de
lado mientras sus hermanos y hermanas israelitas estaban siendo destruidos, y
de regocijarse por su mala fortuna. Abdías declaró que el pueblo de Edom no se
debía haber “alegrado de los hijos de Judá el día en que perecieron”.
Abdías
confirma la autoridad divina de este mensaje por medio de la frase: Jehová el
Señor ha dicho. El profeta no proclama un mensaje personal, ni invoca su propia
autoridad. «Dios» traduce el nombre Jehová, el cual lo distinguía como el Dios
del pacto. Edom constituía tanto la denominación geográfica del área ubicada al
sur del Mar Muerto, como del pueblo que habitaba ese territorio, los
descendientes de Esaú, el hermano gemelo de Jacob. A Edom se le llama también
Esaú, Seir y Hor. El mensajero es portador de un llamado a las naciones para
que se levanten contra Edom. Una coalición de sus enemigos dispuesta a atacarlo
confirmaría la palabra sobre el inminente juicio de Dios. El Señor utiliza
cualquier instrumento humano para realizar sus propósitos.
Dios
juzgará a Edom por sus malas acciones en contra del pueblo de Dios.
Al
igual que Edom fue destruida y desapareció como nación, así Dios destruirá a
los soberbios y malvados.
Dios
pronunció juicio sobre Edom por sus acciones insensibles y maliciosas hacia su
pueblo.
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