sábado, 10 de noviembre de 2018

Un momento... ¡NO SOMOS IGUALES!



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¡NO SOMOS IGUALES!

Cuando hablamos de “ideología de género” nos estamos refiriendo a un conjunto de ideas y movimientos, no necesariamente unidos, que están cuestionando el entendimiento que se tiene del género y la sexualidad de cada uno.
Dentro de esta ideología podemos encontrar los movimientos del feminismo, el liberalismo sexual, el activismo LGBT, el activismo a favor del aborto, etc.
La ideología moderna de género ha sido grandemente influenciada por la idea de igualdad de género entre el hombre y la mujer y la revolución sexual de los años 60′. Con el avance del tiempo, los activistas del feminismo comenzaron a llevar al extremo la idea de la igualdad entre el hombre y la mujer, a tal punto que para que la mujer tenga los mismos derechos que el hombre, debe concedérsele a la mujer el derecho a abortar a su hijo no nacido. Ya que el hombre tiene la libertad de no tener que gestar por 9 meses, la mujer debe tener la misma libertad, incluso si esto significa abortar a los niños no deseados.
Detrás de cada uno de estos movimientos podemos ver que los valores que rigen a estas personas es el deseo de tener una total autonomía sobre sus vidas, es decir, la habilidad de poder vivir como cada uno quiere.
La premisa que en general los une es que el género es una CONSTRUCCIÓN SOCIAL y no una CARACTERÍSTICA INNATA del ser humano.
La realidad es que para lograr hacer esto, los activistas y seguidores de esta ideología tuvieron que re-definir la palabra género.
Siempre se entendió como género a la consciencia que una persona tiene de su propio sexo biológico.
Biológicamente existen DOS sexos: Masculino y femenino. 
Las personas que “se sienten como alguien del otro sexo” siguen siendo biológicamente hombre o mujer.
Hoy en día se ha separado totalmente al género del sexo biológico, incluso en las definiciones de los diccionarios.
Diccionario de la Real Academia Española: Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico (Énfasis añadido).
Quienes tienen estas ideas, dicen que el género no es la consciencia del sexo propio, sino una construcción social que se construye por medio de la enseñanza y la vida en sociedad.
Los padres tienen la responsabilidad de que una niña sea niña y se comporte como niña, ya que eso es lo que le enseñaron, de acuerdo a su sexo biológico. Ellos asignaron el género de su hija al nacer, en lugar de dejarla elegir por sí misma. Esta es la nueva definición de género. Como el género es una construcción social, cada uno tiene derecho a elegir el género con el cuál se quiere identificar.
Esta idea se puede presentar en todo nivel, por ejemplo:
La persona que se identifica como una persona del sexo opuesto está separando evidentemente su sexo del género con el que se identifica.
Como cristianos debemos primeramente estar bien informados de lo que DIOS enseña respecto al género.
La realidad es que el género, lejos de ser una construcción social, es una noción que cada persona tiene acerca de su propio ser. La Biblia nos dice que DIOS creó al ser humano y lo hizo en dos sexos, varón y mujer (Génesis 1.27)
Si DIOS nos creó con cierto sexo, ya sea varón o mujer, él lo hizo para que nosotros podamos vivir de acuerdo a lo que ese sexo significa para Él.
Si bien es cierto que ambos sexos son iguales para DIOS, en sentido de su dignidad y valor individual. Para Dios un hombre y una mujer son igualmente dignos y valiosos (Génesis 1.27; Gálatas 3.28), creados a su imagen y semejanza.
El hombre y la mujer son distintos en otro sentido, esto es, en el sentido funcional. DIOS diseñó ambos sexos para que cumplieran distintas funciones y puedan complementarse. Es evidente incluso desde el punto de vista anatómico y biológico que el hombre y la mujer son distintos y que estos se complementan.
Sus mentes y cuerpos funcionan de distintas maneras y están diseñados para llevar a cabo distintos tipos de tareas. DIOS explícitamente nos muestra que existen distintos roles que el hombre y la mujer desempeñan en la sociedad, la Iglesia y el hogar.
Estas distinciones no son hechas porque Dios prefiere a un sexo que al otro, es más, los dos sexos son necesarios para el florecimiento y el desarrollo de la raza humana. Los hombres y las mujeres se necesitan unos a otros y el desempeño de estas funciones le da gloria a DIOS.
La gran rebelión del hombre es la de ir en contra de lo que DIOS ha dicho. Así fue siempre desde el principio. La frase justa es “autonomía humana”, es decir, el hombre siempre buscó crear su propia ley y vivir de acuerdo a lo que a él le parece bien, sin importar lo que DIOS haya dicho o diseñado. Esta rebelión se hace más evidente cuando ya queremos ir en contra de la misma naturaleza, diciendo que nosotros podemos elegir los roles que queramos en la sociedad, el hogar y la iglesia o incluso peor, decir que podemos elegir el género con el cual queremos identificarnos y vivir. Una vez que hemos negado la existencia de DIOS, ya no quedan razones por las cuales no hacer caso a nuestros deseos, es más, la Biblia nos dice que DIOS mismo nos entrega a ellos. Él sabe que estos deseos no nos van a causar más que dolor e insatisfacción y por último la muerte. Nuestra rebelión de negar la existencia de DIOS provoca que DIOS nos entregue a toda clase de deseos en contra de la naturaleza (Romanos 1.18-32)
Como cristianos, nuestro deber es el de predicar la verdad. Si las ideas de las personas son contrarias a la verdad revelada en las Escrituras, es nuestro deber anunciarlo. Es por eso que nosotros debemos orar para que DIOS tenga compasión de ellos, como la tuvo con nosotros y pueda abrir sus ojos.
Dios les bendiga abundantemente.

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