UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
VERACIDAD DE LA PROFECÍA
En
la actualidad han surgido un montón de profecías sobre los últimos tiempos y
los hechos que están sucediendo en diferentes lugares. La mayoría de ellas, por
no decir todas, pasan sin ser tenidas en cuenta porque no suceden, por lo tanto
no se comprueban.
El
apóstol Juan cierra el telón de la revelación divina con palabras que se
convierten en el final de Apocalipsis y de toda la Biblia. El fin
de la profecía ha llegado y con ello la bendición de haber aprendido un poco
más sobre la historia de la humanidad y su fin. Juan está dispuesto a
concluir la revelación de toda la profecía. En esta conclusión, Juan
desea enfatizar tres aspectos importantes en el capítulo 22 de Apocalipsis: la
autenticidad de las profecías (v. 6-11, 16-17,19), la inminente venida de
Cristo que viene a confirmar la profecía (v. 10-17) y la necesidad de vivir en
santidad ante la consumación amenazante (v.18-21).
En
primer lugar vemos la mención de la palabra ángel. “Ha enviado
a su ángel” (v.6) “para mostrar la profecía”. El ángel
dice, “no lo hagas, soy consiervo tuyo” (v.9). Así que, éste ángel ha
sido enviado por Dios.
Por
otro lado, Juan parece que cometió el mismo error en el (19.10) y ahora
en el (22.8). ¿Por qué adorar por segunda vez a un ángel cuando el
primero le dijo que no lo hiciera porque era incorrecto? Se sugiere que en
la primera vez lo hizo y el ángel le explicó que era incorrecta esta
acción. En la segunda vez, Juan se postra ante los pies del ángel para
adorar a DIOS. Ni aún así se lo permite el ángel.
Juan
no puede ver a DIOS solo ve su gloria. La enseñanza central es que ningún
ser humano, figura de hombre, estatua o seres angélicos deben ser adorados por
el hombre, ni aun indirectamente (Éxodo 20.1-5).
Podemos
leer Apocalipsis 19.9, 21:5 y 22.6 para
remarcar este principio. Estos pasajes dan suficiente razón para decir
que esta profecía tiene autoridad divina y es digna de ser guardada. Todo
aquél que guarde u obedezca esta palabra después de creerla no solo tendrá
salvación sino también satisfacción, bendición y santificación.
Es
auténtica porque el ángel afirma que DIOS lo envió a mostrar esta
profecía. Es auténtica porque Jesús mismo dice: “Yo he enviado
a mí ángel para dar testimonio de estas cosas a las iglesias”
(v.16). Es auténtica porque en ella hay promesa de salvación,
felicidad y bendición para el que cree, recibe y guarda tales profecías
(v.17). Es auténtica porque hay castigo de DIOS para quien se atreva a
quitar o aumentar su contenido (v.19). Quien haga lo último, se las verá
con DIOS mismo.
Esta
palabra profética es auténtica porque viene de la boca de DIOS, Él es el
creador de ella (2 Timoteo 3.16; 2 Pedro 1.21).
Esta
profecía fue dicha por un profeta, varón de DIOS llamado Juan y cuando llega al
corazón del hombre, ésta transforma y nos vuelve a DIOS.
Lo
maravilloso es que si el hombre oye, cree, recibe y guarda
esta Palabra, será feliz eternamente.
DIOS
ofrece vida eterna a todo aquel que crea en Jesucristo como su único
Salvador.
Lo
triste es que hay castigo para quien no la crea, ni la reciba y se atreva a
cambiar el significado al aumentar o quitar algo de su contenido original
revelado por DIOS.
Seamos
de los primeros y veremos la gloria de DIOS.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario