UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
ORACIÓN INTERCESORA DE JESÚS
Jesús
está orando por NOSOTROS. Su gran oración sacerdotal está en Juan 17.9. Esta
fue la oración que él hizo por sus discípulos: “Yo ruego por ellos. No ruego
por el mundo, sino por los que me has dado, porque tuyos son”.
¿Qué
pidió Jesús al orar por sus apóstoles, por sus discípulos? “No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del maligno” (Juan 17.15). Él dice:
“Señor, no te pido que los lleves de inmediato al cielo, sino te pido que los
mantengas alejados del maligno”.
En
Lucas 22.31 – 32, Jesús le dijo a Simón Pedro: “Simón, Simón, he aquí Satanás
os ha pedido para zarandearas como a trigo. Pero yo he rogado por ti, que tu fe
no falle…”. ¿Hizo Jesús alguna oración que no fuera contestada? ¡Claro que
no! Él dijo: “…Padre, te doy gracias
porque siempre me oyes”. (Juan
11.41).
¿Por
qué? Él siempre oró para hacer la voluntad del Padre. Él siempre oró con fe. El
pecado nunca estorbó su oración. Cada oración que hizo fue contestada, y oró
por sus discípulos: “Padre, te pido que los guardes”. Jesús dijo: “Pedro, el
diablo quiere zarandearte como al trigo. Yo voy a permitirle hacerlo porque
necesitas entender lo que hay en tu corazón. Necesitas entender que hay algo
que debe salir. Voy a permitirle hacerlo, pero he orado por ti para que tu fe
no falle”. Y ese mismo Pedro que maldijo, juró y negó a Cristo, fue el
flameante apóstol de Pentecostés que escribió dos libros del Nuevo Testamento.
¿Por qué? Porque Jesús oró por él.
Nosotros
podemos decir: “Sí, seguro, por Pedro oraron, y también por Santiago, Mateo y
el resto de ellos. Pero Jesús nunca oró por mí de esa manera”. Bien, en Juan
17.20, Jesús dice: “Pero no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos”. Simplemente escribamos cada uno de
nuestros nombres justo debajo del nombre de ellos porque él también pudo haber
puesto allí nuestros nombres. Jesús ha orado para que seamos guardados. Esa es
una oración que transciende los siglos y las edades. Si él ha orado por
nosotros, ¿recibirá respuesta su oración? ¡Claro que sí!
Novedoso,
muy poco enseñado y altamente estimulante en fe y confianza. No hay fundamentos
bíblicos que permitan dudar de esta afirmación.
Sólo
la duda de por qué no parece funcionar con la mayor parte de los cristianos.
¿Será porque ellos eligieron creer las mentiras del enemigo en lugar de las
verdades de su Padre celestial? ¿Será porque algunos no son lo que dicen ser, y
el enemigo tiene derechos sobre ellos por esa razón?
Podemos
elegir el motivo que deseemos. Lo que no podemos hacer, es dudar de lo
expuesto.
Hebreos
7.25, dice: “Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de
él se acercan a Dios…”. “Salvar por completo”. ¿Qué significa eso? Salvarlo
hasta el fin porque él siempre está intercediendo por nosotros.
El Señor Jesús hizo un trabajo completo en el
Calvario. Él murió en la cruz y dijo: “¡Consumado es!” (Juan 19.30).
Pero
el trabajo que no ha terminado es la intercesión. Él está orando por cada uno de nosotros, y esa oración es
respondida. Él dijo: “Padre, te doy gracias porque me oíste”.
Dios
les bendiga abundantemente.
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