UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿CÓMO
ES NUESTRA FE?
Hay
varias clases de fe. Tenemos la fe natural que DIOS ha dado a todo ser
humano de confiar o creer en algo a alguien. Esta también la fe de
los demonios, ellos creen que existe DIOS pero no lo obedecen, y siguen
haciendo lo malo. (Santiago 2.19)
Por
otro lado está la fe salvadora que DIOS da a las personas por la cual
pueden creer en Jesús como su Salvador. (Romanos 10.9)
Además
tenemos la fe como don espiritual que DIOS da a ciertas personas con un
propósito determinado. (1 Corintios 12.9).
Por
último está la fe como fruto del Espíritu Santo que es la que el cristiano
desarrolla, practica y tiene todos los días. (Gálatas 5.22).
La
pregunta sobre cómo está nuestra fe, tiene que ver con esta última, la fe que
vivimos y practicamos o desarrollamos todos los días de nuestra vida a partir
de que creímos en Jesús.
El
apóstol Pablo le dice a Timoteo en la segunda carta que él le escribe a su
discípulo, “trae a la memoria la fe no fingida que hay en ti”, (versículo
5), quiere decir, la fe verdadera que él tiene, primero por haber creído en
Jesús y segundo porque la está demostrando todos los días. Quiere decir
que existe la fe fingida, no verdadera, la que no se practica, la que es desleal
a DIOS, la que con facilidad nos lleva a creer en otras cosas al obedecer a
otras cosas que no sea DIOS.
La
fe no fingida, es la fe verdadera que su madre y la abuela de Timoteo
transmitieron.
Es
la fe como conocimiento en DIOS, convicción profunda en su relación con DIOS,
virtud teológica basada en el aprendizaje acerca de DIOS, y desarrollada por el
poder del Espíritu.
Cuando
se cree en DIOS, se ama y se obedece se está poniendo en práctica lo que se
cree, lo que se lee, lo que uno llega a conocer acerca de DIOS.
Creer
en DIOS y creerle a DIOS son dos cosas muy diferentes y muy fundamentales en la
vida cristiana, y cuando esa virtud, ese valor, y esa verdad se transmite a los
hijos, ellos llegan a tener una fe no fingida, sino una fe verdadera depositada
en DIOS.
¿Cómo
está nuestra fe? ¿Creemos y amamos a Dios verdaderamente?
¿Obedecemos
a DIOS de todo corazón y en todas las cosas que pensamos, sentimos y hacemos?
Debemos
tomar el compromiso de creerle más a DIOS, obedecerle y vivir lo que hemos
creído.
Todos
los días, demostremos la fe verdadera, la que no es fingida, sino que es
transparente, sincera y fresca, la que está depositada en la persona de DIOS,
demostremos la fe como fruto del Espíritu Santo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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