LECTURA
DIARIA:
Jeremías
capítulo 39
Sedequías,
hijo del rey Josías y último rey de Judá, gobernó once años, desde el año 597
hasta 586 a.C.
Los dos hermanos mayores de Sedequías, Joacaz y Joacim, y su
sobrino Joaquín gobernaron antes que él. Cuando llevaron a Joaquín al
cautiverio en Babilonia, Nabucodonosor puso a Matanías, de veintiún años de
edad, como rey, cambiando su nombre a Sedequías. Este se rebeló en contra de
Nabucodonosor, quien lo capturó, mató a sus hijos delante de él y luego lo dejó
ciego y lo llevó de regreso a Babilonia donde más tarde murió.La ciudad cayó el 18 de julio del 586 a.C. Algunos especialistas, usando un método de cálculo diferente, fechan la caída de Jerusalén en el 587 a.C.
Babilonia
tenía una astuta política externa hacia las tierras conquistadas. Deportaba a
los ricos y poderosos, dejando solo a los muy pobres al mando, por lo que
estaban agradecidos con sus conquistadores. Este método aseguraba que las
poblaciones conquistadas fueran demasiado leales y débiles para rebelarse.
Nabucodonosor
dio órdenes a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías para que
lo cuidarade manera especial.
Los
supersticiosos babilonios, que respetaban en gran manera a los magos y a los
que adivinaban la suerte, trataron a Jeremías como un vidente. Debido a que su
mismo pueblo lo encarceló, creyeron que era un traidor y que estaba de su
parte. Sin duda alguna sabían que aconsejó a Judá que cooperara con Babilonia y
predijo la victoria babilónica. Por lo tanto, los babilonios liberaron a
Jeremías y lo protegieron.
A
Jeremías lo trataron con respeto, mientras que al rey Sedequías lo trataron con
desprecio.
Ebed-melec
arriesgó su vida para salvar a Jeremías, el profeta de Dios. Cuando Babilonia
conquistó a Jerusalén, Dios protegió a Ebed-melec de los babilonios. Dios tiene
recompensas especiales para su gente fiel.
El
buen etíope había creído en Jeremías como hombre de Dios; con ello expresó un
acto de fe en el mismo Dios.
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