jueves, 12 de julio de 2018

Leyendo... Jeremías capítulo 22



LECTURA DIARIA:
Jeremías capítulo 22

Los capítulos 22-25 tal vez no estén en orden cronológico. En 21.8-10 Dios dice que es demasiado tarde para el arrepentimiento.
En 22.4 Dios dice que aún hay tiempo para cambiar. Los sucesos de este capítulo ocurrieron antes de los que narra el capítulo 21
Dios ofreció al rey las bases para reconstruir la nación, volverse del mal y hacer el bien. Hacer el bien es algo más que la simple creencia en toda la sana doctrina acerca de Dios. Es vivir en obediencia a Él.
La advertencia era clara, la obediencia traería bendición sobre la nación, mientras que la desobediencia seria destrucción. Todo quedaría desolado, hasta los famosos bosques del Líbano.
Ante la pregunta de la gente: “¿Por qué hizo esto Jehová con esta gran ciudad?”. La respuesta será: “Porque dejaron el pacto de Jehová, su Dios, adoraron a dioses extraños y los sirvieron”».
El buen rey Josías murió en la batalla de Meguido. Su hijo Salum (Joacaz) reinó durante tres breves meses en 609 a.C. antes de que faraón Necao lo llevara a Egipto. Sería el primer gobernante que muriera en cautiverio. Al pueblo se le dijo que no malgastara sus lágrimas en la muerte de Josías, sino que llorara por el rey (Joacaz) que llevaban al cautiverio y nunca volvería.
Dios pronunció juicio sobre el rey Joacim. Su padre, el rey Josías, fue uno de los reyes más grandes de Judá, pero Joacim era malvado. Josías fue fiel al llevar a cabo su responsabilidad de enseñar a su hijo y ser modelo de una vida recta, sin embargo Joacim fue infiel al no cumplir su responsabilidad de imitar a su padre. El juicio de Dios cayó sobre el infiel Joacim. No pudo reclamar las bendiciones de su padre, pues no siguió al Dios de su padre.
Jeremías denuncia amargamente a Joacim, quien había agrandado y embellecido su casa por medios injustos; compara esta actitud con la de su padre Josías, y lo condena por una conducta indecorosa como rey. Con ironía mordaz Jeremías sugiere que Joacim reúne las cualidades para ser rey debido a que se rodea de lujos en lugar de administrar sabiamente el reino. La identidad de Joacim, de quien se habla en tercera persona y en segunda persona, queda ahora totalmente al descubierto y se describe su ignominiosa muerte.
Un anillo en la mano derecha  era un símbolo de autoridad. Un anillo con sello era sumamente valioso debido a que el rey lo usaba para autenticar documentos valiosos. Los pecados de Joaquín echaron a perder su utilidad para Dios. Aun si fuera el anillo de Dios, lo destituirían por sus pecados
Joaquín tuvo por lo menos siete hijos, pero ninguno se sentó sobre el trono de David. Su nieto Zorobabel fue gobernador de Judá. Joaquín fue el último rey legítimo de Judá hasta el nacimiento de Jesucristo. La línea de Jesús viene de Joaquín (o Jeconías), lo cual demuestra su derecho a ocupar el trono de David.

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