LECTURA
DIARIA:
Jeremías
capítulo 12
El
segundo de los lamentos de Jeremías. La prosperidad de los impíos disgusta a
Jeremías y demanda que sean castigados.
Dios le reprocha por su impaciencia y
le dice que la presente situación constituye un mero preludio de lo que vendrá
después.
Dios
advierte a Jeremías que sus problemas aumentarán.
Muchos
han preguntado: ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos?. Jeremías sabía
que al final llegaría la justicia de Dios, pero él se impacientaba debido a que
quería que la justicia llegara pronto. Dios no da una respuesta doctrinal, en
vez de eso nos hace un desafío: Si Jeremías no pudo resolver esto ¿cómo
enfrentaría las injusticias venideras?
La
vida fue sumamente difícil para Jeremías a pesar de su amor y obediencia a
Dios. Cuando clamó a Él para que le diera alivio, su respuesta en efecto fue:
«Si tú crees que esto es malo, ¿cómo te las arreglarás cuando esto se vuelva
realmente difícil?»
Dios
lamenta que haya tenido que entregar su casa y heredad (la tierra y sus
habitantes) en manos de sus enemigos (los babilonios). Dios habla de su pueblo
de varias maneras: lo que amaba mi alma, león en la selva, aves de rapiña, mi
viña.
Los
vecinos de Judá también serían llevados al exilio, pero si se convierten. Dios los
colocará en medio de su pueblo; de otra manera, los destruirá.
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