LECTURA
DIARIA:
Jeremías
capítulo 28
Mientras
Jeremías se enfrentaba al profeta Hananías, el pueblo encaraba un dilema: ¿Cómo
distinguir un falso profeta de uno verdadero?
Hananías
empleaba la fórmula: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, y puede
que haya sido sincero. Jeremías hubiese querido creer el mensaje de Hananías,
pero éste no se ajustaba a la antigua tradición profética. Ahora el profeta
contradice al profeta. Sólo el cumplimiento de las predicciones revelará quién
dijo la verdad.
El profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
El profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
Quitar
el yugo del cuello del profeta se trata de un acto simbólico ejecutado por
Hananías.
Hananías
habló en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así dice el Señor: «De esta
manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años,
del cuello de todas las naciones.» Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
Jeremías
siguió su camino porque no tenía nada que responder a lo dicho por Hananías.
Entonces
vino a Jeremías la palabra del Señor, después que Hananías había roto el yugo
del cuello del profeta Jeremías, diciendo: Así dice el Señor: ‹Has roto yugos
de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro.›
Con
el yugo de hierro quería decir que la sumisión se convertiría en servidumbre.
Además
se pone en manos de Nabucodonosor la suerte de todos los seres vivos, humanos y
animales.
Jeremías
recibe una palabra de parte del señor para el profeta Hananías:
«He
aquí, te voy a quitar de sobre la faz de la tierra. Este año morirás, porque
has aconsejado la rebelión contra el Señor.»
Y
murió el profeta Hananías aquel mismo año, en el mes séptimo.
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