miércoles, 18 de julio de 2018

Leyendo... Jeremías capítulo 28



LECTURA DIARIA:
Jeremías capítulo 28

Mientras Jeremías se enfrentaba al profeta Hananías, el pueblo encaraba un dilema: ¿Cómo distinguir un falso profeta de uno verdadero?

Hananías empleaba la fórmula: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, y puede que haya sido sincero. Jeremías hubiese querido creer el mensaje de Hananías, pero éste no se ajustaba a la antigua tradición profética. Ahora el profeta contradice al profeta. Sólo el cumplimiento de las predicciones revelará quién dijo la verdad.
El profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
Quitar el yugo del cuello del profeta se trata de un acto simbólico ejecutado por Hananías.
Hananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así dice el Señor: «De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años, del cuello de todas las naciones.» Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
Jeremías siguió su camino porque no tenía nada que responder a lo dicho por Hananías.
Entonces vino a Jeremías la palabra del Señor, después que Hananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, diciendo: Así dice el Señor: ‹Has roto yugos de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro.›
Con el yugo de hierro quería decir que la sumisión se convertiría en servidumbre.
Además se pone en manos de Nabucodonosor la suerte de todos los seres vivos, humanos y animales.
Jeremías recibe una palabra de parte del señor para el profeta Hananías:
«He aquí, te voy a quitar de sobre la faz de la tierra. Este año morirás, porque has aconsejado la rebelión contra el Señor.»
Y murió el profeta Hananías aquel mismo año, en el mes séptimo.

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