UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
FE
VERSUS OBRAS O FE MÁS OBRAS
En
la carta del apóstol Santiago, en el capítulo 2 versículos del 14 al 26, Santiago
está tratando de resolver asuntos de la vida práctica de los creyentes.
El énfasis está en el comportamiento siendo ya hijos de DIOS, lo cual atañe
también a los cristianos de este día.
Muchos
cristianos de aquel tiempo como los de hoy viven la vida cristiana muy estéril,
sin dar frutos, sin hacer obras coherentes con la nueva identidad en
Cristo. Por el otro lado, hay un mal uso acerca de la función o
valor de las obras, ya que muchos creen que por las obras se es salvo. Si
uno lee a la ligera este pasaje terminara creyendo que Santiago está diciendo
que las obras son para salvación, al decir que la fe sin obras está muerta.
El
escritor cita a Abraham quien fue justificado por su fe, no por sus
obras. ¿Qué le dijo Dios a Abram? “Vete de tu tierra y
de tu parentela a la tierra que yo te mostrare”. ¿Qué hizo Abram? Eso,
dejo su tierra y su parentela y se fue a una tierra que ni conocía. ¿Qué
es eso, fe u obra?
Como
unos 40 años más tarde, DIOS le dijo, “Entrégame a tu hijo Isaac, el Hijo de la
promesa” ¿Qué hizo Abraham? Llevo a su hijo hasta al lugar
que Dios le indicó y en el momento de sacrificar a Isaac, DIOS proveyó un
Cordero en su lugar. ¿Qué demostró Abraham, sus obras o su fe en DIOS?
La
definición más exacta para fe es obediencia, y obedecer no es obras, sino la
demostración clara que tenemos fe en DIOS.
Entonces,
dice el versículo 22 que la fe actúa juntamente con las obras y que la fe se
perfecciona, desarrolla, se demuestra en las obras. El versículo 23
termina dando la respuesta a todo este dilema, “Abraham creyó a Dios y le fue
contada por justicia”. En otras palabras, Abraham fue justificado, declarado
libre de culpa o de condenación porque tuvo fe en DIOS, y porque creyó en las
palabras que él le dijo, es que obedeció.
En
síntesis, Santiago está insistiendo que si creemos en DIOS, si tenemos fe en
DIOS, debemos ser obedientes, y vivir de acuerdo a su Palabra, a la nueva
identidad, demostrando el fruto del Espíritu.
Todo
aquel que ha creído en Jesús, debe demostrarlo, no para ser justificado sino
como demostración que ya es hijo de DIOS.
Y
este es el gran vacío de este tiempo, solo hay una religiosidad mas no una
relación personal, fresca, sincera y transparente con DIOS.
Más
del 60% de los cristianos viven sin hacer obras que lo definan como un
auténtico cristiano, y para eso DIOS nos ha salvado (Efesios 2.8-10), para que
hagamos obras de arrepentimiento, para que obedezcamos siguiendo el orden de
prioridad, a DIOS, Su Palabra, al Espíritu, a los padres, a las autoridades…
que practiquemos el amor, la justicia, la misericordia.
Hay
un famoso refrán que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres, dime qué
haces y te diré quién eres”. Si ya somos hijos de DIOS,
comportémonos como tales, porque si no lo hacemos, nos estamos exponiendo a que
DIOS actúe con justicia y amor. El otro lado del amor es la disciplina.
¿Qué deseamos que DIOS nos dé una palmadita de felicitación, o una
palmadita de corrección?
Dios
les bendiga abundantemente.
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