domingo, 26 de agosto de 2018

Un momento... ¿QUÉ DE TU VIDA ES TUYO?



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUÉ DE TU VIDA ES TUYO?

El ser humano por naturaleza es jactancioso, le gusta sentirse grande, superior, independiente, y hasta dueño de todo.  

Por naturaleza no le gusta obedecer, estar sujeto a reglas, tener a otros que le orden, pues su placer esta en ganar, estar arriba, tenerlo todo, y que el mundo este a sus pies.  
El ser humano ve la vida como que si es algo que le pertenece, ve el tiempo como que si lo puede manejar, usa su cuerpo como que si es de su propiedad, vive la vida pensando en que nunca se le acabará.
La Palabra de DIOS nos dice en Santiago 4. 13 – 17: “!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.
Leamos con cuidado este pasaje. ¿No es verdad que aun el hombre y la mujer común sienten, piensas y actúan así algunas veces?  
Todos de pronto hacemos planes como que si el tiempo y la vida nos perteneciera, como que si el mundo  está a nuestros pies, como que si DIOS no existiera.  
Nos acostamos sin reflexionar en los peligros del día, y quien se encargó de darnos el aire que respiramos, o la protección en la calle. 
Al amanecer, vemos salir el sol como una obligación del día, tan normal, tan natural, que no pensamos en que pudo haber tenido complicación en el sistema planetario, y que es DIOS quien está pendiente de todo para que funcione a la perfección.
Es normal que nosotros los humanos sintamos, pensemos, planeemos, actuemos y hagamos cosas  con tanta libertad y soberanía como que si fuéramos dueños absolutos de nuestra vida, del tiempo, bienes, familia, trabajo, talentos, dinero, y hasta la tierra completa.   
Decimos, sin tomar en cuenta a DIOS, “mañana iré a tal lugar, hare tal cosa, compraré un auto, comeré algo rico, etc.”.  
Este es un gran error, es un claro pecado de soberbia, arrogancia, superioridad, independencia, y jactancia.
Según el Salmo 24.1, lo que hay en el cielo y en la tierra, incluyendo los seres humanos, todo pertenece a DIOS.  
Luego 1 Corintios 4.1-2 dice que todos somos administradores de lo que DIOS nos ha encomendado, y que solo somos responsables de ser fieles, pues no somos dueños de nada, porque todo pertenece a DIOS.  
Quiere decir entonces que ni nuestra vida, ni mucho menos lo que decimos tener nos pertenece, pues  somos mayordomos o administradores de esto delante de DIOS.
Recordemos siempre que antes de hacer o planear algo, pedir la aprobación y dirección a DIOS.  
Las cosas siempre salen mejor cuando se recibe la aprobación de DIOS y se hace en las dimensiones de la obediencia.
Dios les bendiga abundantemente.

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