martes, 14 de agosto de 2018

Leyendo... Lamentaciones capítulo 2



LECTURA DIARIA:
Lamentaciones capítulo 2

El capítulo 1 describe la desolación de Jerusalén y pide la venganza de Dios sobre sus enemigos. El capítulo 2 incluye un llamado al pueblo de Dios a derramar sus corazones en la presencia del Señor.

El pueblo debía volverse de sus pecados, debía lamentarse sinceramente por sus faltas contra Dios. El pueblo tenía mucho por qué llorar. Debido a su obstinada rebelión contra Dios, acarrearon un gran sufrimiento, sobre todo sobre los inocentes.
La pecaminosidad del pueblo trajo su destrucción.
El templo era el centro de adoración. Su destrucción simbolizaba el rechazo de Dios por su pueblo, ya no viviría más entre ellos.
El pueblo de Judá, a pesar de su hermoso templo, rechazaba en sus vidas diarias lo que proclamaba en sus rituales de adoración. Por lo tanto, su adoración se volvió una farsa burlona
Se perdieron cuatro símbolos y recursos poderosos de seguridad: la protección de las puertas de la ciudad, el liderazgo del rey y los príncipes, la dirección de la ley y la visión de los profetas. Con esos cuatro factores presentes el pueblo se adormeció y cayó en un falso sentido de seguridad y se acomodó a sus pecados.
Jeremías era un testigo presencial. No abandonó a su pueblo desobediente, sino que sus ojos desfallecieron de lágrimas.
Las lágrimas de Jeremías eran sinceras y estaban llenas de compasión.
Mientras Jeremías advertía al pueblo de la destrucción inminente y el largo cautiverio que vendría, los falsos profetas decían que todo marchaba bien y que el pueblo no debía temer. Todas las palabras de Jeremías se cumplieron porque era un verdadero profeta de Dios.

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