martes, 28 de agosto de 2018

Un momento... HABLA CON SABIDURÍA



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
HABLA CON SABIDURÍA

Santiago 3.1-12 es un pasaje fuerte, descriptivo, y exhortativo.
El escritor establece una verdad universal basada en una verdad bíblica. Todos ofendemos porque todos somos pecadores.

Si en caso hay una persona que no ofende con su lengua, dice Santiago, es perfecto, y eso es mentira, pues todos por hablar mucho corremos el peligro de decir algo que ofenda (v.3).
Todos ofendemos, la razón es, porque ninguno es perfecto. Claro, estas verdades no pueden ser la justificación de todos para ofender a diestra y a siniestra. Ese es el cuidado del cual Santiago nos advierte, es verdad que ninguno esta excepto de ofender, lastimar, y dañar a otra persona con algunas palabra que dice, y esto puede pasar. Una cosa es hacerlo sin mala intención, inconscientemente, sin previa intención. Acá lo delicado es cuando se dicen cosas sabedores del objetivo por lo cual lo dice, que es para denigrar, para desquitarse, para lastimar, para manchar, o para hacerle un mal.
El reto es este, y ese es el propósito de Santiago, que aprendamos a refrenar, dominar, y controlar nuestras palabras para que digamos las cosas con coherencia a la persona, a lo que hay en el corazón, en la mente y a nuestra identidad de hijos de DIOS.
Humanamente no podemos controlar lo que sentimos, pensamos y decimos, pues esto depende del espacio que le damos al Espíritu, y el grado de sometimiento que tengamos hacia DIOS, el grado de conocimiento y obediencia que tengamos hacia la Biblia, y cuan saturados estemos del amor de DIOS.
Cuando amamos a DIOS, obedecemos su Palabra, estamos guiados por el Espíritu, y estamos comprometidos en dar testimonio de quien es DIOS, no diremos nada que ofenda, dañe, lastime o denigre a otra persona.
Santiago dice es inaceptable que un cristiano, en quien mora el Espíritu, quien tiene la mente de Cristo, que sabe lo que es bueno y lo que es malo, que en un momento use su lengua para bendecir y adorar a DIOS y en otro para maldecir al prójimo (v.9), esto no debe ser así (v.10), como cristianos que somos debemos siempre hablar bien (v.12), para edificación, y honra de DIOS.
Si en algún momento hemos ofendido o dañado a alguien de manera involuntaria debemos pedir perdón.
El no pedir perdón o disculparse por algo que se dijo que ofendió, daño, denigro o mancho la imagen de otra persona, es más delicado aun, es soberbia, y eso no es parte del fruto del Espíritu.
DIOS premia al que reconoce su falta, y pide perdón. Estas acciones es lo que engalana el testimonio del evangelio, promueve la armonía y la paz. Todos somos responsables de buscar la armonía, promover la paz, de estar bien con todos.
En los versículos 13-18 el consejo de Santiago es que cuando hablemos lo hagamos con sabiduría, la cual viene de DIOS.   
Cuando ofendemos por hablar mal, estamos hablando según la sabiduría de la carne, y no la que DIOS da por medio del Espíritu.  
El versículo 17 dice que cuando hablamos y actuamos con la sabiduría de DIOS, somos puros, pacíficos, amables, benignos, honestos, y misericordiosos. 
Siempre que hablamos y actuamos dirigidos por DIOS, siempre buscaremos estar en paz con todo. 
Así que, dejemos que el Espíritu nos guie en el momento de sentir, pensar, hablar y actuar.
Dios les bendiga abundantemente.

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