jueves, 31 de mayo de 2018

Leyendo... Isaías capítulo 47



LECTURA DIARIA:
Isaías capítulo 47

Otro mensaje del juicio contra Babilonia por idolatría, hechicería, arrogancia y crueldad contra el pueblo de Dios, particularmente los ancianos.

Se le llama virgen a la ciudad porque sus muros nunca habían sido violados, pero su virginidad se perdería a manos de Ciro.
Isaías predijo la caída de Babilonia más de ciento cincuenta años antes de que ocurriera. En este tiempo, Babilonia aún no sobresalía como la fuerza más poderosa de la tierra, el imperio orgulloso que destruiría a Judá y Jerusalén. Pero los babilonios, captores de Judá, caerían cautivos en 539 a.C. Dios, no Babilonia, tiene el poder supremo. Utilizó a Babilonia para castigar al pueblo de Dios pecador. Usaría a los medos y a los persas para destruir a Babilonia y liberar a su pueblo.
Babilonia es comparada con una esclava que tendrá que abrirse camino por sí sola.
La destrucción de Babilonia es presentada en términos de una reina destronada. Aunque la invasión de Ciro en el 539 a.C. no aniquiló a Babilonia, sí ocasionó grandes destrucciones.
Atrapada en la búsqueda de poder y placer, Babilonia creyó en su grandeza y proclamó ser la única potencia sobre la tierra. Babilonia se sintió completamente segura y Nabucodonosor, su rey, se autodenominó «Dios», pero el Dios verdadero le enseñó una lección poderosa al quitarle todo lo que poseía (Daniel 4:28-37).
El pueblo babilonio buscó el consejo y la ayuda de astrólogos y astrónomos. Pero al igual que los ídolos de madera y oro, ni siquiera se pudieron salvar ellos mismos de lo que vendría de la mano de Dios.
Había gente que hacía pronósticos dividiendo los cielos en segmentos para estudiar el movimiento de los astros y así predecir los acontecimientos terrestres. De ahí se derivan los actuales mapas del zodíaco.
Todos ellos estaban destinados a un mal final.

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