sábado, 19 de mayo de 2018

Un momento... LA AMISTAD ES MÁS QUE PALABRAS BONITAS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA AMISTAD ES MÁS QUE PALABRAS BONITAS

 “La amistad es un regalo” donde la amistad es el sustantivo y el regalo es el adjetivo unidos por el verbo “es” que casi es un presente universal. En todas partes del mundo, en todo momento que se practique, toda persona que se decida a experimentarla, la amistad siempre será una experiencia bella, de bendición, de enseñanza, de complementación, y de muchos beneficios.

La tecnología ha avanzando tanto hoy que está invadiendo la privacidad de las persona y el derecho universal de la libertad. Ahora, internet se encarga de pensar, escoger y decidir por muchas personas que no tienen tiempo para hacerlo.
En la actualidad, una persona puede tener amigos de todo el mundo y comunicarse con miles ellos en solo segundos. No necesita gastar en sellos postales, escribir las direcciones postales, decir palabras diferentes a cada persona según el nivel de la relación y ni presentar escusas por retrasos de correspondencia.
La pregunta inmediata es, ¿es genuina la amistad que se cultiva por este medio? ¿Es realmente honesta, completa y satisfactoria la amistad que sostienen dos personas que no se conocen personalmente? ¿Contribuye este tipo de amistad moderna a la preservación de los valores que forman una sociedad mejor o hemos de pensar que la amistad tradicional está en crisis?
El primer principio, aunque  internet es avance valioso para muchas cosas, pero jamás sustituirá el estilo tradicional y bíblico de hacer amigos porque la amistad es un regalo que viene de DIOS 1 de Juan 4.8, 21, Proverbios 18.24. El estilo tradicional comienza en la camaradería, donde dos o más personas se conocen personalmente y por medio de estar juntos, hablar, mirarse, compartir y escuchar llega a ser compañeros. Este nivel de relación aún no equivale a amistad pues aún no hay confianza, conocimiento y libertad suficiente pero es la antesala de una amistad saludable. En fin, internet es efectivo para muchas cosas, pero no para formar amistades genuinas, satisfactorias y leales. Pues en este tipo de “amistades” es fácil mentir, no hay costo, no hay entrega, presencia corporal. Todo es palabras, palabras, palabras, tan solo palabras y la amistad es más que palabras Proverbios 24.17.
El segundo principio, Prov. 17.17 la amistad como regalo de DIOS es para compartirla con los demás. “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempos de angustia” revela tres principales suministros que sostienen, alimentan, fortalecen y consolidan la amistad. Tiempo, lealtad y amor. No puede haber amistad solida si no se dedica tiempo, lealtad y amor. El tiempo debe ser de calidad: hablar y escuchar, caminar y compartir, ayudar y proteger, confesar y perdonar, etc. La lealtad debe ser incondicional. Este fue el caso de David y Jonathan, Jesús y Juan, Pablo y Timoteo. Esta amistad estuvo sostenida por amor, lealtad y dedicación de tiempo.
Cuando se practica una amistad que nace de un honesto compañerismo, de pasar mucho tiempo juntos, de compartir alegría, tristeza, dolor, enfermedad, escasez, abundancia, etc., la amistad es una relación o un vinculo profundo que nace desde el corazón que amarra, y solo desea lo mejor para la otra persona antes que para sí mismo.
El verdadero amigo no abandona al amigo, sino que lo protege, lo apoya, lo defiende. Dice el libro de Eclesiastés 4.9-10 “Dos son mejores que uno, si uno cayere, el otro levantara a su compañero, pero ay del solo”.
Tercer principio, cuando reconocemos que la amistad es un regalo que viene de DIOS para compartirla con el prójimo, es valorada de tal manera, que esa relación de amistad es saludable, beneficiosa y duradera Proverbios 17.17, 27.10a. Cuando los jóvenes establecen una relación de amistad basada en el amor ágape, y todos los días la riega, cuida, suministra con tiempo de calidad, palabras sazonadas con amor, esta beneficia a otras personas. La amistad es valorada cuando en la relación se es capaz de dar la vida, esfuerzo, entrega, sinceridad, honestidad, y sacrificio por el bien del otro.
En 2 de Samuel 7. 10 descubrimos el cuarto principio, la amistad trae beneficios no solo al prójimo que es amigo sino que los beneficios se extienden a muchos más. La amistad entre David y Jonathan fue tan fuerte, sincera, sana y real, que aun después de que su amigo muriera, la gratitud, el amor, generosidad y la satisfacción de esa amistad se extiende hasta un hijo de Jonathan, lisiado de los dos pies. El hecho de que David se haga responsable del hijo de Jonathan, habla de su bondad, generosidad, y del gran corazón que tenía para su amigo.
Cuando se ama a un amigo con el amor ágape, se está dispuesto hasta dar la vida por el otro. Esto es lo que enseño Jesús, esto es lo que DIOS ha exigido de todos nosotros en toda la Biblia, eso es lo que Jesús ejemplifico al morir en la cruz por nosotros, que ni amigos éramos de Él, cuanto más cuando se es amigo. Si Jonathan le dijo a David que está dispuesto a morir por el (1 de Samuel Cap.18 al Cap. 20) y varias veces se arriesgo por David; cuanto más no haría David por él y toda su familia. Así que, es de dudar que una persona diga ser amigo de alguien cuando no es amigo de su familia. Porque el amor verdadero hacia un amigo es aquel que acepta a todos los descendientes de su amigo, y estará dispuesto a hacer todo lo que este a su alcance para ayudarlos como muestra de su amistad con el padre. Esto es lo que hizo David, es más, el gesto que hace, es admirable, no solo le restituye todas las tierras que eran de Saúl su abuelo y de Jonathan su padre, sino que lo llevo hasta su casa para que participase de la mesa real como uno de su familia.
Esto es exactamente lo que significa, que por nuestra relación de amor y amistad con Jesús, la amistad es una bendición que alcanza hasta nuestros hijos y aun al cónyuge que aun no es obediente a DIOS. Vale la pena ser amigo de Dios, y ser amigo con los demás, porque se vive mejor, se duerme mejor, se camina mejor y se come mejor. La amistad no solo son palabras bonitas, y hechos pomposos; la amistad requiere entrega y ejemplo.
Dios les bendiga abundantemente.

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