miércoles, 16 de mayo de 2018

Un momento... DE QUE SIRVE SER RESPETUOSO HOY



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DE QUE SIRVE SER RESPETUOSO HOY

 El respeto engendra respeto y  sea que se haga  con gusto o sin gusto, por obediencia o por exigencia, por deber o por gratitud; finalmente en ambos casos hay buenos resultados. 
 
Quien recibe en primer lugar la recompensa por ser educado, respetuoso y amable  es la misma persona que practica el respeto.  
En  segundo lugar, son los padres al sentirse satisfechos, galardonados y premiados cuando sus  hijos se comportan como verdaderos cristianos, ciudadanos y trabajadores. 
Quienes son tratados con respeto, educación, amabilidad y buena atención se sienten valorados, respetados y bien atendidos. 
Jesús dijo: “Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas”.
(Mateo 7.12).
Esto no es solo un asunto de cultura, es un nuevo estilo de vida en la forma de pensar que enseñó el Señor Jesús, que así como deseo que me traten a mí  es como yo debo  tratar a los demás.
Hay un principio bíblico que es utilizado por muchos a pesar de no ser cristianos: “Todo lo que el hombre sembrare eso cosechará”. 
(Gálatas 6. 8 - 9).
No paguéis mal por mal, sino paga con el bien el mal.  
El asunto es que cuando  dejamos que nuestros hijos o nuestra generación hagan, digan y piensen  lo que quieran, estamos permitiendo que la buena educación, los buenos modales, el reconocimiento de los demás y las buenas costumbres sean relegados a segundo plano.  
Este principio que enseñó claramente Jesús en el sermón del monte que muchos lo han denominado, “la regla de oro”, es la base de una buena convivencia para una sociedad equilibrada y justa.
La ley natural es irreversible, tarde o temprano todo lo que hacemos, sea malo o bueno, vuelve.
Esto es lo que sucede, si  sembramos odio, enemistad, arrogancia, sentido de superioridad  y violencia;  en lugar de sembrar amor, respeto, amistad, educación, buenos modales y excelentes costumbres, esto mismo será cosechado.  
Si saludamos al entrar a un lugar, damos las gracias y pedimos permiso, veremos que la respuesta del otro será, un buen día y un trato amable.
 Así que, la recompensa  del respeto  es el respeto que uno mismo ha mostrado a los demás. Los beneficios van desde lo más pequeño hasta lo más grande, desde lo más  subjetivo hasta lo más objetivo, y de lo razonable a lo no razonable.
Sería muy interesante y valioso hacer una lista de los beneficios que una persona, un  matrimonio, una familia, una iglesia, una sociedad, y/o hasta todo el país recibiría si todos practicamos el valor del respeto como un estilo de vida.   
Animémonos  todos, esposas, esposos, padres, pastores, maestros  y gobernantes a hacer esto, y luego pongamos en práctica, como una forma habitual el respeto al otro y disfrutemos de los beneficios del cambio en nuestras relaciones.
Dios les bendiga abundantemente.

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