martes, 22 de mayo de 2018

Leyendo... Isaías capítulo 38




LECTURA DIARIA:
Isaías capítulo 38

El capítulo 38 contiene el relato de la grave enfermedad de Ezequías y de su milagrosa curación en respuesta a la oración. Los hechos de los capítulos 38 y 39 ocurrieron antes de los narrados en los capítulos 36 y 37.

Cuando Isaías fue a Ezequías, quien estaba muy enfermo, y le habló acerca de su muerte inminente, Ezequías se volvió de inmediato a Dios. Él contestó su oración, permitiendo que viviera otros quince años.
De acuerdo con 2 de Crónicas 32.24-26, Ezequías tenía un problema con su soberbia aun después de este doble milagro de sanidad y liberación. A la larga, él y sus súbditos se humillaron y el juicio de Dios se pospuso durante varias generaciones más.
Ezequías ante la idea de que estaba condenado a muerte. Implora entonces la ayuda de Dios. Cuando la recibe, se da cuenta de que adorar a Dios es lo que otorga sentido a la vida.
La promesa de Dios de que sanaría a Ezequías alentó al rey; su espíritu se revivió por completo.
Ezequías se dio cuenta de que su oración les dio liberación y perdón. Sus palabras «el Seol no te exaltará» quizás revelen que no estaba consciente de la bienaventuranza de la vida futura para los que confían en Dios, o a lo mejor solo significan que los cuerpos muertos no pueden alabar a Dios. En cualquier caso, Ezequías sabía que Dios le salvó la vida y sus palabras lo alaban. Ezequías reconoció el bien que surgió de su amarga experiencia.
Ezequías habla del significado de trasmitir el gozo del Señor de padre a hijo, de generación en generación.

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