sábado, 31 de marzo de 2018

Leyendo... Eclesiastés 8





LECTURA DIARIA:
Eclesiastés 8

Una ventaja de la sabiduría frente a otras alternativas es la dignidad y la fuerza que ésta da a una persona.
La sabiduría es la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios y saber cuál es el mejor curso de acción que se debe tomar. La sabiduría es el resultado de conocer y confiar en Dios, no un simple medio de encontrarlo. Conocer a Dios nos llevará a comprender y a difundir este conocimiento entre los demás.
El Predicador aconseja a su discípulo guardar diligentemente los mandamientos del rey en correspondencia con el juramento de fidelidad que se ha brindado.
Porque el mal del hombre es grande sobre él: Quizás esta expresión se refiere al infortunio que ha obligado al hombre a presentarse ante el rey, en cuyo caso se le recomienda no perder la paciencia y presentar su ruego en el momento oportuno. También es posible que constituya una alusión al mal carácter del rey, en cuyo caso se le insta a no reaccionar de forma inapropiada.
El versículo 10 probablemente se refiere a cómo nos olvidamos rápidamente de la maldad realizada por algunas personas después de que estas mueren. Al regresar del cementerio les alabamos en la misma ciudad donde cometieron sus maldades.
Si Dios no nos castiga en forma inmediata cuando pecamos, no debemos suponer que no le importa o que el pecado no tiene consecuencias. Sin embargo, resulta mucho más fácil pecar cuando no sentimos las consecuencias de inmediato. Cuando un niño hace algo malo y no lo descubren, le es mucho más fácil repetir la acción. Pero Dios sabe todo lo malo que hacemos, y algún día tendremos que responder por todo lo que hemos hecho.
Las obras de Dios, entre ellas el sentido de la vida, no pueden ser desentrañadas por el intelecto humano, aun cuando se trabaje en ello día y noche.
Aun si tuviera acceso a toda la sabiduría del mundo, el hombre más sabio sabría muy poco. No hay nadie que pueda comprender completamente a Dios y todo lo que Él ha hecho.
En la vida siempre habrá muchas más preguntas que respuestas. Pero lo desconocido no debería ensombrecer nuestro gozo, nuestra fe ni nuestro trabajo porque sabemos que alguien mucho mayor que nosotros lleva las riendas y podemos confiar en Él.

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