sábado, 31 de marzo de 2018

Un momento... COMO HALLAR LA PAZ CON DIOS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
COMO HALLAR LA PAZ CON DIOS.

Existe la paz con DIOS. Se puede sentir y se puede saber.
El apóstol Pablo dijo: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." (Romanos 5. 11).
Es justamente el deseo de esta paz el que hace que muchos en este mundo sean infelices. Miles de personas tienen todo lo que se cree necesario para dar placer; sin embargo, nunca están satisfechos. Sus corazones siempre están afligidos. Por dentro hay una constante sensación de vacío.
¿Y cuál es el secreto de todo esto? No tienen la paz con DIOS.
La paz del verdadero cristiano no es una dudosa o nebulosa sensación sin razón ni fundamento. Se construye sobre una base firme. Tiene paz con DIOS porque está justificado. Está justificado y sus pecados le son perdonados.
Por tantos que sean, o por grandes que sean, son quitados, perdonados y borrados del libro de memoria de DIOS. Son echados al fondo del mar. Son depositados detrás de la espalda de DIOS. Son buscados, pero no son encontrados. Ya no son recordados. Aunque hayan sido como la grana, son emblanquecidos como la nieve. Aunque hayan sido rojos como el carmesí, son como blanca lana. Y de esta manera obtiene paz. (Isaías 1.18).
¿Pero cómo podemos llegar a ser justificados?
La roca de donde fluye la justificación y la paz con DIOS. Esa roca es Cristo. Cristo tomó el lugar del verdadero cristiano. Se convirtió en su fiador y su substituto. Se comprometió a cargar todo lo que había que cargar y hacer todo lo que había que hacer, y lo que se comprometió a hacer, lo cumplió. Por esto el verdadero cristiano es un hombre justificado.
Cristo padeció por los pecados, "el justo por los injustos". Llevó nuestro castigo en su propio cuerpo en la cruz. Permitió que la ira de DIOS, que nosotros merecíamos, cayera sobre su propia cabeza.
Por esto el verdadero cristiano es un hombre justificado.
Cristo pagó la deuda que debía el cristiano con su propia sangre. Él ajustó cuentas y canceló la deuda hasta el último cuadrante con su propia muerte. DIOS es un DIOS justo y no exige que las deudas se paguen dos veces.
Por esto el verdadero cristiano es un hombre justificado.
Cristo obedeció perfectamente la ley de DIOS. El diablo, el príncipe de este mundo, no pudo encontrar ninguna culpa en Él. Cumpliendo así la ley, introdujo una justicia eterna con la cual todos los suyos están vestidos en la vista de DIOS.
Por esto el verdadero cristiano es un hombre justificado.
En resumen, Cristo vivió por el verdadero cristiano. Cristo murió por él. Cristo fue al sepulcro por él. Cristo resucitó por él. Cristo subió al cielo por él para interceder por su alma. Cristo hizo todo, pagó todo, sufrió todo lo necesario para su redención. Hoy, vive por él. De aquí proviene la justificación y la paz del verdadero cristiano.
En nosotros mismo no hay nada, no podemos nada; sin embargo en Cristo tenemos todo lo que podrían desear nuestras vidas.
Dios les bendiga abundantemente.

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