jueves, 15 de marzo de 2018

Leyendo... Proverbios 24



LECTURA DIARIA:
Proverbios 24

El atleta que piensa las cosas, quien evalúa la situación y planea las estrategias, aventaja a su oponente físicamente más fuerte pero que no piensa. La sabiduría, no los músculos, es lo que sin dudas colocó al hombre a cargo del reino animal. Debido a que la sabiduría es parte vital de la fuerza, vale la pena alcanzarla.


Cada uno de nosotros tiene sus propias batallas que librar, y necesita ser aconsejado sabia y frecuentemente para pelearlas bien.
En cualquier decisión fundamental relacionada con los estudios, el matrimonio, la profesión, los hijos, etc., no es un signo de debilidad pedir consejo. Se muestra necedad al no pedirlo. Busquemos buenos consejeros antes de tomar una gran decisión.
Pensar hacer el mal puede ser tan perverso como hacerlo, ya que lo que piense determinará su acción. Si no se supervisan, los malos deseos nos conducirán a pecar. Dios quiere vidas puras, libres de pecado y pensar en el mal destruye la pureza aun cuando no se efectúe la mala acción.
Con fervor se presenta aquí nuestra obligación de rescatar al ignorante que va hacia la destrucción. Dios no aceptará nuestras excusas.
Sólo hay dos grupos de personas en el mundo: los que han escuchado el evangelio y aquellos que no. Si quienes lo han escuchado (y creído) rehúsan proclamarlo, Dios recompensará a cada uno «de acuerdo con sus obras». Somos responsables por nuestra generación. Aunque la gente a menudo debate en cuanto a la suerte de aquellos que murieron sin escuchar el evangelio, este pasaje revela la importancia de alcanzar a aquellos que están vivos aún.
Sentir satisfacción con la desdicha de otros es vengarse y colocarse en el papel de Dios, quien es el único Juez verdadero de toda la tierra
Un beso era muestra de verdadera amistad. La gente a menudo piensa que su deber es torcer la verdad para no herir a un amigo. Pero el que da una respuesta sincera es un verdadero amigo.
Debemos hacer las cosas en el orden apropiado. Si un agricultor construye su casa en la primavera, pierde la temporada de plantar y se pasa un año sin alimentos. Si un hombre de negocios invierte su dinero en una casa mientras su negocio lucha por crecer, puede perder ambos. Es posible trabajar duro y aun así perderlo todo si el tiempo es inapropiado o si los recursos para llevarlo a cabo no están en su debido lugar.
Debemos evitar tomar venganza contra nuestro prójimo.
La visión del campo de un hombre perezoso nos revela la tragedia ocasionada por la ociosidad.



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