domingo, 11 de marzo de 2018

Leyendo... Proverbios 20



LECTURA DIARIA:
Proverbios 20

Un apaciguador es mejor que un incendiario.
Una persona que tiene confianza plena en su fuerza no necesita alardear. Una persona valiente de verdad no necesita buscar oportunidades para probar su valor. Una mujer llena de recursos descubre cómo salir de una pelea. Un hombre paciente evitará tomar represalias. Es imposible para los hombres insensatos mantenerse alejados de las peleas. Las personas de carácter sí pueden. 


Dios quiere que nos anticipemos a las necesidades futuras y nos preparemos para ellas. No podemos esperar que El venga a rescatarnos cuando nos hemos acarreado los problemas por falta de planificación y acción. Él nos abastece, pero además espera que seamos responsables.
Una clara percepción de los hechos es lo que permite derrotar la injusticia ante el tribunal.
Nadie está exento del pecado. En cuanto confesamos nuestro pecado y nos arrepentimos, las acciones y los pensamientos pecaminosos comienzan a retroceder en nuestra vida. Todos necesitamos una limpieza continua, una vez tras otra.
“Pesas falsas” se refiere a las balanzas adulteradas que un comerciante puede utilizar a fin de engañar a sus clientes. La deshonestidad es un pecado difícil de evitar. Es muy fácil hacer trampa si pensamos que nadie nos ve. Sin embargo, la falta de honradez afecta el mismo corazón de una persona. Hace que nadie confíe en él y que este no confíe en nadie. A la larga lo hace incapaz de conocerse a sí mismo o de relacionarse con los demás. No tomemos la deshonestidad a la ligera. Incluso la porción más pequeña contiene suficiente porción de engaño para matar nuestra vida espiritual.
Aquí se nos enseña y se nos aconseja que no nos preocupemos si no comprendemos todo lo que sucede. En vez de eso, confiemos en que Dios sabe lo que hace, incluso si su intención no es clara para nosotros.
Voto de consagración significa su intención de dar algo como ofrenda a Dios. Consagración denota apartar algo para uso religioso. Este proverbio puntualiza lo malo que es hacer un voto a la ligera y luego reconsiderarlo. Dios toma los votos con seriedad y demanda que se lleven a cabo. A menudo tenemos buenas intenciones cuando hacemos un voto porque queremos mostrar a Dios que estamos determinados a servirlo. Sin embargo, Jesús dice que es mejor no hacer promesas a Dios porque Él sabe lo difícil que son de cumplir. Es mejor no hacer promesas, que hacerlas y más tarde querer cambiarlas. Incluso, es mejor analizar el costo de antemano y luego cumplirlas.
El espíritu del ser humano es su punto de contacto con Dios (más que el alma o el cuerpo), a través del cual éste lo ilumina y le hace ver su propia naturaleza.



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