sábado, 24 de marzo de 2018

Leyendo... Eclesiastés 1



LECTURA DIARIA:
Eclesiastés 1

El reino de Salomón, Israel, estaba en su época de oro, sin embargo Salomón quería que el pueblo viera que el éxito y la prosperidad no duran mucho. Todos los logros humanos desaparecerán algún día, y debemos mantener esto en nuestra mente para poder vivir con sabiduría. Si no lo hacemos, nos podemos volver soberbios y autosuficientes cuando tengamos éxito o profundamente desilusionados cuando fracasemos. 

La meta de Salomón era mostrar que las posesiones terrenales y los logros a la larga carecen de sentido. Sólo la búsqueda de Dios nos proporciona verdadera satisfacción. Debemos incluirlo en todo lo que digamos, pensemos y hagamos.
¿Puede encontrársele sentido a esta vida? La cuestión planteada por el Predicador explica por qué todo es inútil: No hay provecho, nada se gana, no tiene valor alguno el continuo trabajo del ser humano en este mundo. Bajo el sol : En el lenguaje del Predicador la expresión “Bajo el sol” es más bien sinónimo de “en esta vida”.
El sol, el viento y los ríos se comportan igual que siempre, independientemente de lo que la humanidad haga.
El autor halla fatigoso el esfuerzo humano por introducir cambios duraderos en el mundo que le rodea.
Mucha gente se siente intranquila e insatisfecha.
Salomón pone a prueba nuestra fe, al retarnos para que encontremos el significado verdadero y perdurable únicamente en Dios.
El Predicador vuelve ahora su atención al problema principal y hace un recuento de los esfuerzos que ha realizado para resolverlo.
“Lo torcido no se puede enderezar” se refiere a la perplejidad y confusión final que tenemos por todas las preguntas acerca de la vida no contestadas. Salomón, al escribir acerca de su propia vida, descubrió que ni sus logros ni su sabiduría lo hicieron feliz. La verdadera sabiduría se encuentra en Dios y la verdadera felicidad viene cuando le agradamos a Él.
Toda obra del hombre es inútil; no puede remediar los males del mundo. Es como tratar de atrapar el viento a su paso.
Es una falacia de la sabiduría humana como valor supremo querer enderezar lo torcido o suplir lo que falta.
Cuando el conocimiento humano deja fuera a Dios, sólo saca a relucir nuestros problemas debido a que no puede proporcionar las respuestas sin una perspectiva y una solución eternas de Dios.

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