lunes, 5 de marzo de 2018

Un momento... NO ESTAMOS SOLOS




UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
NO ESTAMOS SOLOS

El espíritu de rechazo es uno de los que más estragos causa dentro de los cristianos.
Muchos tratan de ocultarlo o buscarle explicación a través de la psicología, tratando de solucionar con terapias esos sentimientos negativos.
Si bien no son negativos, suelen retrasar la definitiva libertad de aquellos que han experimentado, esencialmente, el abandono o el desamparo de seres queridos.
Pero miremos por un momento lo que dice el salmo 27.10: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá”. Esta es la manera que el salmista utiliza para puntualizar que DIOS se preocupa mucho más por nuestro bienestar que lo que nuestros propios padres harían.
El amor de DIOS va más allá del amor filial.
¿Cuántas veces nos dice DIOS en su Palabra No te Dejaré, siempre estaré contigo?
Innumerables veces DIOS nos muestra su amor a través de su presencia incondicional.
La depresión por el rechazo, el abandono o el desamparo, son probables cuando no llegamos a confiar en el DIOS que decimos creer.
Una cosa es creer en DIOS, otra cosa es creerle a DIOS y otra, muy diferente, es confiar en DIOS.
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros”. Isaías 49. 15, 16
¡Qué maravillosas palabras, verdaderamente no estamos solos, DIOS está con nosotros!
En estos tiempos donde las mujeres, creyendo defender sus derechos, esgrimen la legalización del aborto porque dicen ser dueñas de su cuerpo y de poder hacer lo que quieren con él. Vemos el cuidado de DIOS, un padre bueno sobre sus hijos.
Si realmente creemos en DIOS y le creemos a Su palabra, ya hemos sido liberados de toda esa vieja angustia causada por el abandono de nuestro padre, madre, marido, mujer, hijo o hija. No necesitamos ningún tratamiento especial, necesitamos apenas, creerle a DIOS y confiar en Él cada día.
No necesitamos ir por la vida agachando la cabeza, ni sintiendo rencor por los demás, necesitamos saber el verdadero valor que tenemos para DIOS y desarrollar todo lo que Él ha puesto en cada uno de nosotros para que vivamos bien.
Cuando sintamos que Dios nos ha abandonado, debemos preguntarnos si los que lo abandonamos u olvidamos somos nosotros.
Dios les bendiga abundantemente.



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