viernes, 30 de noviembre de 2018

Un momento... LAS EMOCIONES A LA HORA DE TOMAR DECISIONES



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LAS EMOCIONES A LA HORA DE TOMAR DECISIONES

La democracia nos plantea -al menos en teoría- la posibilidad de tomar decisiones como sociedad respecto del futuro que queremos para nosotros.
Rousseau, al plantearse la posibilidad de dicho sistema de gobierno, también presentó la necesidad de educar adecuadamente a la sociedad. De este modo, las decisiones que tomase cada individuo serían en base a un escrupuloso análisis de las opciones presentadas.
Qué pasa cuando no hay dicha educación. La sociedad empieza a decidir en base a sus emociones y no en base a un análisis. “Me siento bien con…” “me agrada…” “es simpático…” “me cae mal…” etc.
Cuando esto sucede, es fácil aprovechar las circunstancias para atraer la decisión del ciudadano en base a dichas emotividades por medio de la publicidad. La lógica o la verdad son sepultadas bajo el peso de la simpatía o la empatía con las personas. Tanto en las decisiones políticas como en la vida diaria, nos volvemos todos, personas a ser conquistadas, a partir de gustos que deben ser consentidos.
A la hora de elegir las autoridades que nos van a gobernar empezamos a dejar de lado la posibilidad de decidir sobre las cuestiones fundamentales de la sociedad y empezamos decidir solamente en cuestiones referentes a nuestros gustos. De igual manera, qué candidato tiene mejor presencia en los medios, no quien propone un plan coherente de gobierno.
Es necesario ser cuidadoso con nuestra manera de pensar, más cuando las propagandas y el modelo consumista de vida nos empujan a volvernos esclavos de un determinado modelo de vida,  y presos de las emociones caprichosas.
Los medios de comunicación masivos juegan un rol importante en esta situación, ya que son utilizados para condicionar a las personas a un estilo de vida, que la mayoría de las veces, va en contra de las creencias de un cristiano.  
La publicidad está controlada por gente cuyos intereses económicos están ligados a aumento de la producción y este a su vez depende de un consumo que solo es posible en una sociedad en la cual vivir es poseer. 
En consecuencia, los hombres y mujeres se convierten en seres con un pensamiento direccionado en una misma dirección.
La sociedad  ha impuesto un estilo de vida que hace de la propiedad privada un derecho absoluto y coloca el dinero por encima de los hombres y las mujeres y la producción por encima de la naturaleza. 
Esta es la forma que hoy toma, donde el sistema en el cual la vida humana ha sido organizada por los poderes de destrucción. 
El secreto de Adolf Hitler en sus grandes discursos, se dice, era su capacidad emotiva. Sabía cómo manipular a la gente, supo cómo manipular a toda una nación.
Con un poco de esfuerzo, es fácil aprender a hablar de tal manera que uno sea capaz de convencer a un pueblo entero de algo sólo a base de las emociones.
Goebbels era su ministro de propaganda, estaba encargado de ensalzar los sentimientos de orgullo y promover el odio. Lo hacía muchas veces mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad.
A este hombre se atribuye la célebre frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Como Hitler y Goebbels han existido y existen en la actualidad muchos hombres y mujeres que lo único que buscan es manipular nuestras emociones para que los sigamos ciegamente.
Lastimosamente, hoy en día no es tan difícil ser manipulados. La tecnología y los medios de comunicación, ayudan a que estos manipuladores lleguen hasta nuestros hogares todos los días.
Cuando no sabemos controlar nuestras emociones y ser dueños de ellas, somos más vulnerables a estos medios de manipulación.
El peligro de la mundanalidad es este: el peligro de un acomodamiento a las formas de este mundo malo, con todo su materialismo, su obsesión por el éxito individual, su egoísmo enceguecedor.
Aquí vale la advertencia del apóstol Pablo en Romanos 12.2: “No vivan ya de acuerdo con los reglas de este mundo, al contrario, cambien de pensamientos para que así cambie toda su vida.  Así llegaran a saber cuál es la voluntad de Dios, es decir lo que es bueno, lo que le agrada, y lo que es perfecto”.
Dios les bendiga abundantemente.

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