viernes, 23 de noviembre de 2018

Leyendo... Jonás capítulo 4



LECTURA DIARIA:
Jonás capítulo 4

El primer versículo claramente definen la razón que tuvo Jonás para escapar: está enojado de que Dios pueda concebir el perdonar a Nínive, enemiga tradicional de Israel.

¿Por qué se enojó tanto Jonás cuando Dios perdonó a Nínive? Los judíos de la época de Jonás no querían compartir el mensaje de Dios con las naciones gentiles, semejante a la actitud que se vio en los días de Pablo. Habían olvidado su razón de ser como nación: servir de bendición al resto del mundo al proclamar el mensaje de Dios a las demás naciones. Jonás pensaba que Dios no podía salvar a una nación pagana tan perversa.
Jonás encuentra difícil separar su patriotismo y desviada teología de su conocimiento del carácter de Dios.
Jonás reveló por qué no había querido ir a Nínive. No quería perdón para los ninivitas: los quería destruidos.
Jonás trató de eludir la tarea de llevar el mensaje de Dios a Nínive; luego sintió deseos de morir porque la destrucción no ocurrió. Qué pronto había olvidado lo misericordioso que fue Dios con él cuando estaba dentro del pez. Jonás se sintió feliz cuando Dios lo salvó, pero furioso cuando Nínive se salvó. Jonás estaba aprendiendo una valiosa lección en cuanto a la misericordia y el perdón de Dios.
A Jonás quizás le preocupaba más su reputación que la de Dios. Sabía que si la gente se arrepentía, el castigo de que hablaba no iba a llegar. Iba a sentir vergüenza, aunque Dios se glorificaría.
Dios le hace una pregunta a Jonás: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Dios desea enseñarle a su profeta una lección sobre el valor de todos los hombres, la amplitud de la misericordia divina y el extravío de su teología.
La soledad que rodeaba a Jonás, en su punto de observación al este de la ciudad, brinda a Dios una oportunidad ideal para instruirlo.
Dios trató tiernamente a Jonás como lo había hecho con Nínive e Israel, y como lo hace con nosotros. Dios pudo haber destruido a Jonás por su ira desafiante, pero optó por enseñarle una lección.
Dios preparó una calabacera una planta que crece rápidamente y posee amplias hojas parecidas a la de la palma.
Jonás se enojó porque la higuera se secó, pero no se hubiera enojado por lo que le hubiera sucedido a Nínive.
Jonás se apiada de una porción insignificante de la creación divina.
A veces la gente quisiera castigo y destrucción para las personas cuya perversidad parece merecer castigo inmediato. Pero Dios es más misericordioso de lo que nos imaginamos. Dios siente compasión por los pecadores que queremos que castigue, y busca la manera de que se acerquen a Él.
La confusión de valores en la mente de Jonás se hace dolorosamente obvia. Dios lo desafía a considerar lo que valen los ninivitas. Que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda. Sin un profeta, seguirían atrapados en su maldad.
Dios salvó a los marineros cuando imploraron misericordia. Dios salvó a Jonás cuando oró dentro del pez. Dios salvó a los ninivitas cuanto aceptaron el mensaje de Jonás. Dios contesta la oración de los que lo invocan. Siempre hace que se cumpla su voluntad, y desea que todos se vuelvan a Él para salvarse.

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