martes, 5 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 9

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 9

Esta fue la quinta vez que Dios mandó a Moisés al Faraón con la demanda: "¡Deja salir a mi pueblo!" Quizá en esos momentos Moisés estaba cansado y desanimado, pero continuó obedeciendo.

La quinta plaga que destruyó al ganado puede que haya sido un ataque a Atos, la diosa madre de Egipto, la cual era a veces representada bajo la forma de una vaca.
Como el rey no mostró ninguna intención de respetar su promesa, la plaga con que se le amenazó y de la cual él estaba advertido, fue ejecutada. Pero en este caso es de notar que la plaga no fue infligida por medio de la vara de Aarón, sino directamente por la mano de Dios, y la fijación del tiempo exacto tendía aún más a determinar el verdadero carácter de la calamidad.
Nada del ganado de los israelitas moriría; el Señor iba a marcar la diferencia.
Cuando los egipcios no fueron conmovidos por la muerte del ganado, Dios mandó una plaga que los atacó en sus propios cuerpos.
Ellos habían oprimido a Israel en los hornos, y ahora las cenizas de los hornos se constituyen en terror para ellos. La plaga misma era muy molesta. Los mismos hechiceros fueron atacados por los forúnculos.
El poder de ellos fue refrenado antes; pero ellos siguieron oponiéndose a Moisés y confirmando al Faraón en su incredulidad, hasta que se vieron obligados a ceder. El Faraón insistió en su obstinación.
Dios mandó nuevamente a moisés ante Faraón, esta vez para anunciar una prueba más dura aún, si continuaba en su negativa de dejar salir a Su pueblo.
La tormenta de granizo constituía un milagro, porque Egipto era un país donde prácticamente no llovía, y rara vez caía granizo. Aun así, Dios hizo más severo y destructivo ese fenómeno natural. El granizo pudo haber representado un ataque contra dos dioses egipcios: Isis, la diosa de la vida, y Seth, el protector de las cosechas.
Teniendo en cuenta las consecuencias de la gravísima pestilencia que cayó sobre el ganado, el anuncio de otra plaga con granizo muy pesado sobre el ganado que había quedado traería terror y ansiedad a Faraón y a los egipcios.
Moisés le dice esta vez a Faraón cómo salvar a la gente y los animales siguiendo las instrucciones de Dios.
Algunos de los egipcios salvaron su vida y su ganado por escuchar la advertencia de Moisés y creer en lo que él había dicho departe de Dios.

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