domingo, 10 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 14

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 14

Dios ordenó a Moisés hacer un cambio de ruta y acampar junto al mar. El Faraón consideró a los israelitas atrapados entre el desierto y el mar y así marcharía contra ellos. El plan de Dios era ejecutar su juicio final contra el endurecido gobernante egipcio, y mostrar allí su gloria.
El Faraón se arrepintió una vez más de haber dejado ir aquella enorme cantidad de mano de obra. Montó en su carro y fue, seguido de seiscientos carros escogidos y todos los demás carros, para impedir la fuga.
“Pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa”.
Iba todo el ejército egipcio con caballería y con carros. Al verlos, los israelitas temieron grandemente y clamaron a Dios.
A pesar de los prodigios vistos con ocasión de las plagas, dudaron y comenzaron con una serie de reclamos a Moisés que duraría toda su peregrinación. Sarcásticamente dijeron: “¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?” “Mejor nos fuera servir a los egipcios”.
Moisés los calmó diciéndoles: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros”. Aquel día verían el fin del ejército egipcio. “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”.
Dios ordenó a Moisés no clamarle, sino mandar al pueblo que marchara; que él alzara su vara y partiera el mar para que el pueblo pasara en seco.
Dios reiteró que destruiría al ejército egipcio y sería glorificado en ello. Aunque Israel iba armado, aquella victoria sería ganada por Dios sólo.
El ángel de Dios en la columna que los guiaba, estaba ahora entre los egipcios e Israel y los mantenía alejados. Aquéllos tuvieron tinieblas toda la noche, mientras éstos, luz.
Al extender Moisés su vara, Dios partió las aguas. Estas quedaron como muros a la derecha y a la izquierda, e Israel pasó en seco. Cuando llegaron los egipcios a la mitad del mar, Dios les causó gran confusión, quitó las ruedas a los carros y todo se trastornó. Al ver a Dios pelear por Su pueblo, trataron de huir, pero Moisés extendió su vara de nuevo. El mar se cerró y ahogó a todo el ejército, y “no quedó de ellos ni uno”.
Cuando vieron al ejército egipcio eliminado, los israelitas temieron a Dios y le creyeron.

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