viernes, 22 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 23. 1 - 20

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 23. 1 - 20

Los pecados de la lengua dan comienzo a esta sección. El primero tiene relación con levantar o recibir un rumor falso. 
Leyes de Justicia y de misericordia (versículos 1-9) El Noveno Mandamiento: “No des falso testimonio en contra de tu prójimo”. Esto es el chisme calumniador.
No divulgues informes falsos. Esto se refiere a lo que se sabe que son falsos, o que no han sido verificados como que sea cierto. El chisme casi siempre termina en la calumnia, o como falso testimonio, porque se pasa de persona en persona sin verificar su autenticidad.
El versículo 2 y el 3 son tan importantes para nosotros hoy día sobre la cultura impía de estos días que en su egoísmo, se jacta del bienestar y de la felicidad de la persona, sin importarle, o quitando al que estorba. Algunos ejemplos.
El aborto, el infanticidio, la eutanasia.
Noten que Dios le exigía al pueblo de Israel a ser diferente que los demás pueblos. Esa diferencia abarcaba toda área de la vida.
Si la mayoría quiere hacer el mal, no puede estar uno de acuerdo con ellos.
Si la mayoría cree que lo que es pecado, ahora no lo es, no se puede aceptar, porque la Palabra de Dios está sobre la opinión de la mayoría.
La mayoría a veces quiere el mal porque busca sus propios intereses.
El versículo 4 enseña que se debe regresar al toro o asno perdido, aunque sea del enemigo de uno.
No se puede torcer la justicia para agradar a otro, sea por querer sacarle dinero al rico, o por querer oprimir al pobre.
No se puede conspirar con alguien para que otro pierda su vida siendo inocente, porque la Justicia de Dios sigue a la persona que hace eso.
Se ordena, asimismo, verdad y justicia (versículo 7) El terreno presentado es muy significativo "Yo no justificaré al impío." Dios es justo en todos Sus modos de obrar gubernamentales, de inerrante discriminación, y no permite que el hombre "halle, fuera de él, nada."
El versículo 8, “No aceptes soborno”. El soborno es tan dañino porque convierte a la persona sobornada en un injusto, y alguien que ha sido comprado por dinero.
Nosotros hemos sido llamados para ser santos, o sea, separados, consagrados para Dios. Por esa razón, necesitamos llevar una vida entregada a la Palabra de Dios y obedecerla TODO el Tiempo.
El versículo 9, es una repetición del mandato contenido en Éxodo 22.21. Esto muestra su importancia ante los ojos de Dios, y se añade aquí con énfasis, "vosotros conocéis los sentimientos del extranjero". Los hijos de Israel estaban calificados así, mediante su propia experiencia, para simpatizar con los extranjeros, el recuerdo de sus angustias pasadas debía moldear su conducta hacia aquellos que estaban en las mismas circunstancias.
A continuación se dan ordenanzas diversas con respecto a la tierra y las fiestas, etc. (versículos 10 – 19)
La tierra debía disfrutar de sus días de reposo, en señal perpetua de que pertenecía al Señor. De ahí que ella, así como el hombre, deba compartir el reposo de Dios. Se les recordaba así, a los hijos de Israel, que ellos no eran más que inquilinos, y que, como teniendo su tierra así como sus viñas y olivares de parte de Dios, aun los pobres y las bestias del campo debían ser considerados, ya que eran los objetos de Su cuidado.
En este capítulo se mencionan sólo tres fiestas, además del día de reposo, la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de la siega, y la fiesta de la cosecha, es decir, la Pascua, Pentecostés, y la fiesta de los Tabernáculos. Las fiestas en su plenitud, tal como son presentadas en Levítico, simbolizan el círculo completo de los modos de obrar de Dios con Israel. Por esta causa, el día de reposo tiene prioridad, debido a que el fin y el resultado de todos los modos de obrar de Dios con ellos.
Tres veces al año debían celebrar una fiesta al Señor, y en estas ocasiones todos sus varones debían aparecer delante de Jehová el Señor. Este era el pensamiento central de la fiesta, la reunión del pueblo a Su alrededor, sobre el fundamento que Él mismo había establecido, sobre el fundamento, en efecto, de la redención.
Las primicias de los primeros frutos de la tierra de ellos debía ser traída a la casa de Jehová su Dios.
Por último, tenemos una prohibición muy notable (versículo 19). Dios hará que Su pueblo sea tiernamente cuidadoso, guardándoles de violar ni siquiera un solo instinto de la naturaleza. La leche de la madre era el alimento, el sustento del cabrito, y por eso no se la debía usar para guisarlo como comida para los demás. Algunos han visto en este mandato una enseñanza espiritual.
Esta sección concluye con la provisión que Dios ha hecho para guiarles al lugar que Él había preparado, junto con las advertencias en cuanto a su conducta, y una declaración acerca de la manera en la que iban a ser puestos en posesión completa de la tierra. (versículo 20)

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