lunes, 18 de julio de 2016

Leyendo...: Éxodo capítulo 21. 1 - 11

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 21. 1 - 11

El capítulo 21 trata sobre las leyes que regulan la esclavitud, y las injurias personales. Debemos recordar que este código de Leyes fue dado hace unos 3300 años, y debemos entender un poco la cultura y las leyes comunes de aquel entonces, antes de tratar de entender lo que Dios ordenó. 
Leyes sobre la esclavitud. La esclavitud era muy dura entre los demás pueblos; sin embargo, no lo era tanto entre los hebreos por razón del espíritu humanitario de la ley mosaica. Dios permitió la esclavitud, pero la reguló para que no puedan hacer las injusticias comunes de otros pueblos.
El tiempo de esclavitud era de un máximo de seis años. Al llegar el séptimo año, el esclavo era dejado en libertad, sin tener que pagar nada. Eso es porque algunos llegaban a ser esclavos, por una deuda que no podían pagar, y se vendían como esclavos para pagarla; en ese caso la deuda no se tenía que pagar después de los seis años de trabajo. Otros eran vendidos como esclavos porque habían robado, y no tenían como pagar la multa; en ese caso también salían sin ninguna deuda.
Si el esclavo hombre llegaba soltero, soltero se iba sin ninguna deuda.
Si el esclavo era casado, o servía a su amo solo, o por medio de algún acuerdo con su amo, traía a su esposa a vivir con él, y sus hijos serían de él.
Si el amo le daba esposa, entonces las cosas cambiaban al terminar su tiempo de esclavitud.
Él podía esperar, viviendo en otro lugar por supuesto, a que el tiempo de su esposa e hijos terminara para volver todos a reunirse, o podía aceptar la esclavitud para siempre.
Si quería quedarse con su esposa y sus hijos todo el tiempo, entonces se podía convertir en un esclavo por vida. El amo lo llevaría delante de los Jueces.
La razón era para proteger al esclavo de hacer una decisión a lo loco, o que su amo lo obligara o lo amenazara a quedarse para siempre de esclavo.
La esclavitud regulada por la Ley de Moisés, proveía una salida de la miseria a los que estuvieran en una deuda que no podían pagar, y sabían que servirían de esclavos por seis años. Durante ese tiempo, el amo era responsable de alimentar al esclavo, y se era casado y tenía hijos, a ellos también.
Si el amo golpeaba al esclavo y le causaba algún daño físico, el esclavo recobraba su libertad sin deber nada.
Esto era un contraste bien grande con los demás pueblos, y especialmente en el tiempo de Cristo bajo el imperio Romano, conde los esclavos no tenían ningún derecho, ni ninguna protección.
La mujer que era vendida como esclava, no podía ser tratada igual que un hombre. La razón es obvia, para protegerla de abusos sexuales. Por razones de la poligamia, un hombre casado podía comprar una esclava y hacerla su segunda esposa, como sirvienta, y quitarle a los hijos de la esposa esclava el derecho a heredar. Eso también podía hacerlo un hombre viudo que podía comprar a una esclava, hacerla su esposa, pero negarle a los hijos la herencia, para no privar a los hijos de la esposa difunta.
Si la compraba para su hijo, no podía tenerla como esclava común, sino como una hija.
Si el hombre después decidiera tomar otra esposa, no podía quitarle a la esclava/esposa, el deber conyugal, eso es la relación sexual, ni el alimento, ni la ropa, ni lo necesario para vivir.
Dios considera que hay obligaciones en el matrimonio que no se deben dejar de hacer. Entre ellas está la relación sexual, el proveer por lo necesario, y otras cosas más. 1 de Corintios 7.1-5 dice:
“Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: “Es mejor no tener relaciones sexuales. Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.”
Una persona no puede casarse, y negarle la relación conyugal a su compañero(a).
Dios se preocupa por los matrimonios, y por el bienestar de nuestros hijos.

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