martes, 12 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 16

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 16

Mes y medio después de su salida, llegaron a Elim. Allí los hebreos, recordaron las comodidades de Egipto, añoraron la carne y el pan durante su esclavitud, y murmuraron de nuevo.
Dios les dijo que les enviaría maná, “pan del cielo”. Debían confiar en la provisión diaria de Dios y tomar cada día sólo lo suficiente. Dios los probaría al ver si obedecían sus instrucciones. El sexto día debían recoger el doble, porque el sábado debían reposar.
Además del maná, recibirían carne y comerían hasta saciarse.
Moisés les dijo que al murmurar contra él, protestaban realmente contra Dios. Dios les habló desde la nube y les reiteró su ofrecimiento de darles alimento. Aquel día se cubrió el campamento con codornices. Y la siguiente mañana vieron “una cosa menuda, redonda... como escarcha”. En el versículo 31 dice: “como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”, y lo llamaron “maná”.
La medida diaria que debían recoger era un gomer por persona (un galón).
Era la medida exacta para el sustento diario. No debían dejar nada para el otro día, pues se llenaba de gusanos. Quienes no obedecieron, pronto lo comprobaron. Después de recolectar el maná, salía el sol y derretía el que quedaba en el suelo.
Para enfatizar la señal del pacto, el guardar fielmente el sábado, debían aprovisionarse desde el sexto día; y el séptimo no se podría, pues ese día no aparecería sobre el campo.
Un gomer de maná debía depositarse dentro del Arca del Pacto y guardarse como recordatorio a los descendientes acerca de la provisión divina en el desierto.
Hebreos 9.4 dice: “Y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná”. Esta comida milagrosa jamás cesó de venir hasta que Israel llegó a los límites de Canaán.
Deuteronomio 8.3 dice: “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Esto significa que el hombre debe sustentarse también de la Palabra de Dios. Jesús lo repitió en Mateo 4:1-4.
En Juan 6:32 leemos: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: no os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”. En el versículo 35, añade: “Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás”.

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