sábado, 2 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 6

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 6

Moisés y Aarón no estaban preparados para la respuesta inmediata de parte de Faraón, un endurecimiento de la condición del pueblo y un aumento en sus cargas crueles.

Ante esto, Moisés le reclama a Dios, y la respuesta de Dios en este capítulo 6 es muy contundente.
En el v. 4 dice en efecto, “He prometido y voy a cumplir mi promesa”. En el v. 5 sus palabras son: “Yo he oído el gemido de los hijos de Israel ... y me he acordado de mi pacto”.
La repetición de estas palabras vienen como recordatorio de su amor y su pacto por su pueblo. Cada promesa comienza con la afirmación de que Él hará algo. Las tres en el v. 6 tienen que ver con su esclavitud en Egipto, y revelan que ya era cosa del pasado. “Os sacaré, os libraré, os redimiré”. Este tercer punto deja entrever que su liberación iba a costar algo.
Todas hablan de un futuro de victoria y libertad para el pueblo, a pesar de que eran un pueblo quejoso y presto a dudar, pero Dios se identifica con ellos y se digna decir que son suyos.
Dios sería su Dios y ellos serían su pueblo, y se comprometió a llevarlos, Él mismo.
Si hay una certeza que atraviesa toda la Biblia, ésta es el hecho de que Dios es un Dios vivo, presente y activo. Se le conoce y se le reconoce en las obras maravillosas que realiza. Lo mismo que a una persona humana la conocemos en su obrar, así también a Dios le conocemos por el calibre de sus acciones. Este es el verdadero «conocimiento» de Dios, no el teórico y frío que proporciona un libro, sino el conocimiento vital y experimental de Dios en su actuar en nosotros y en el mundo.
Sin embargo, después de esta reiteración de la llamada de Moisés, la situación permanece igual, los israelitas no le escuchan, con mayor motivo tampoco Faraón le hará caso, y el propio Moisés vuelve a experimenta el desaliento.
La genealogía presenta a un Moisés profundamente radicado en la historia de su pueblo y formando plenamente parte de ella.
Un Moisés que forma parte de una familia que habiendo sido maldecida a causa de un crimen de antepasados (Génesis 34.25-29; 49.5-7) ha sido, sin embargo, llamada por elección divina a ser la tribu «santa» por excelencia, el bien particular de Dios, para la función más santa en la comunidad de la alianza (Éxodo 32.26-29; Deuteronomio 33.8-11; Números 3.6-13; 8.14-19).
Un Moisés que ha sido elegido como instrumento de la salvación de Dios a pesar de sus vacilaciones.

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