sábado, 16 de julio de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 20. 1 - 12

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 20. 1 - 12

Al pie del monte Sinaí, Dios mostró a su pueblo la verdadera función de la ley. Los mandamientos fueron diseñados para guiar a Israel a una vida de santidad.

En ellos, el pueblo podría ver la naturaleza de Dios y su plan, que les enseñaría cómo debían vivir. Los mandamientos y principios procuraban dirigir a la comunidad para suplir las necesidades de cada individuo de una manera responsable y llena de amor.
Los israelitas acababan de salir de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones. Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista. Pero cuando dijo: "No tendrás dioses ajenos delante de mí", fue difícil de aceptar para el pueblo.
Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente mantuvieran los otros nueve mandamientos. El nombre de “Jehová tu Dios” no debería ser falsamente invocado, porque su ser y su nombre son inseparables. El nombre de Dios ha sido invocado de forma falsa en la magia, en el intento de apoyar verdades por medio del juramento y en expresiones profanas.
El primer mandamiento se refiere al objeto de adoración, JEHOVÁ, y solo a Él. Aquí se prohíbe adorar criaturas pero el mandamiento alcanza mucho más allá. Aquí se prohíbe amar, desear, deleitarse o esperar algo bueno de cualquier complacencia pecaminosa. Transgrede este mandamiento todo lo que no sea amor, gratitud, reverencia o adoración perfecta.
El segundo mandamiento se refiere a la adoración que debemos rendir al Señor nuestro Dios. Se prohíbe hacer imagen o retrato de la Deidad en cualquier forma o propósito; o adorar cualquier criatura, imagen o cuadro, pero el alcance espiritual de este mandamiento va mucho más allá. Aquí se prohíbe toda clase de superstición y el empleo de inventos puramente humanos para la adoración de Dios.
El tercer mandamiento se refiere a la manera de adorar, que sea con toda la reverencia y seriedad posible. Se prohíben los votos falsos. Toda liviana alusión a Dios, toda maldición profana es una horrenda transgresión de este mandamiento. No importa si se usan las palabras con o sin sentido. Toda broma profana con la palabra de Dios o con las cosas sagradas y todas las cosas semejantes violan este mandamiento y no hay provecho, honra ni placer en ellas. El Señor no dará por inocente a quien toma su nombre en vano.
La forma del cuarto mandamiento, “Acuérdate”, demuestra que aquí no es la primera vez que se da, sino que era conocido antes por el pueblo. Un día de cada siete debía ser santificado.
El día de reposo sería un feriado dispuesto por Dios. La palabra hebrea significa «desistir». Alguien que viva bajo el pacto dispuesto por Dios debe detener sus actividades cotidianas para honrar a Dios descansando cada siete días. Dios estableció el patrón de la creación: seis días trabajó; el séptimo reposó.
El quinto mandamiento es el primer mandamiento con promesa. Para vivir en paz por generaciones en la tierra prometida, los israelitas tendrían que respetar a la autoridad y edificar familias fuertes. Pero, ¿qué significa "honrar" a los padres? En parte, "honrar" significa hablar bien de ellos y hablarles a ellos con cortesía. Además significa actuar en una forma que les muestre cierta cortesía y respeto, no obedecerles significa desobedecer a Dios. Es seguir sus enseñanzas y el ejemplo de poner a Dios en primer lugar. Los padres tienen un lugar especial a la vista de Dios. Aun a aquellos que le es difícil entenderse con sus padres se les ordena que los honren.
Mañana compartiremos los cinco mandamientos restantes que completan la Ley de Dios dada al pueblo por medio de Moisés, y que forman parte del capítulo 20 del libro de Éxodo.



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