UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUÉ
NOS DICE LA BIBLIA ACERCA DE LAS EMOCIONES?
Las
emociones son tratadas en la Biblia como parte de un todo que las contiene así
como a nuestros pensamientos y a nuestros sentimientos y que recibe el nombre
de corazón.
Sobre este nos dice la Biblia en el libro de los Proverbios 4.23: “Sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”.
Sabiendo
DIOS lo peligroso que es cuando nuestro corazón cae en malas manos, nos da este
consejo.
Sin
importar la edad que tengamos, podemos ser en un momento determinado esclavos
de nuestras emociones. Así pues, sobre toda cosa guardada guardemos nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos, pero sobre todo, nuestras emociones.
Otro
texto bíblico nos señala en el Nuevo Testamento la forma en que debe darse
nuestro amor a DIOS: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente”.
La
inclusión del corazón acá nos indica nuevamente que nuestras emociones deben
estar presentes al igual que nuestra mente. Es triste ver que a veces optamos
por dejar la mente fuera y alabar a DIOS con todas nuestras emociones sin
recapacitar y reflexionar en nuestra adoración.
Esto
es lo que ocasiona que a veces seamos víctimas de quienes tergiversan la
Palabra de DIOS. Nuestra adoración es con el corazón, pero también con la
razón.
El
apóstol Pablo, en 1 Corintios 14. 20 nos dice: “Hermanos, no seáis niños
en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de
pensar”.
En
la medida en que nos dejamos llevar por nuestras emociones no reflexionando y meditando
en la voluntad de DIOS, terminamos esclavos de las estratagemas de los hombres
que se dejan llevar por cualquier viento de doctrina.
El
permitir que nuestras emociones nos controlen, no es nada bueno, como tampoco
lo es el negar o censurar nuestras emociones. Debemos agradecer a DIOS por
nuestra capacidad de sentir emoción y administrar nuestras emociones como un
don de Él.
La
forma de manejar nuestras emociones es mediante nuestro crecimiento en nuestro
caminar con DIOS.
Somos
transformados por la renovación de nuestras mentes (Romanos 12.1-2) y el poder
del Espíritu Santo, el que produce en nosotros el dominio propio (Gálatas 5.22-23).
Necesitamos
un impulso diario de principios bíblicos, un deseo de crecer en el conocimiento
de DIOS y pasar tiempo meditando en los atributos de DIOS. Debemos tratar de
conocer más de DIOS y compartir más de nuestros corazones con DIOS mediante la
oración.
La
comunión cristiana es otra parte importante del crecimiento espiritual.
Caminamos con otros creyentes y nos ayudamos los unos a los otros a crecer en
la fe, así como en la madurez emocional.
Finalmente
pues llegamos al punto central de lo que dice la Palabra de DIOS respecto de
nuestras emociones. 2 Timoteo 1.7 dice: “Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
No
sólo debemos controlar nuestras emociones por cuidado de nuestra salud
espiritual sino porque el Espíritu Santo que habita en todo creyente nos da la
fortaleza para dominar nuestras emociones, ya la ira, ya el temor, ya la
angustia, ya la desesperanza, ya la alegría, ya la desdicha.
Dios
les bendiga abundantemente.
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