jueves, 13 de diciembre de 2018

Un momento... LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR BIEN EL TIEMPO



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR BIEN EL TIEMPO

Saber administrar el tiempo no era algo que preocupaba en gran medida a las sociedades antiguas.
Es cierto que se debía evitar la pereza que mina el tiempo que puede ser invertido en el trabajo como advierte el libro de Proverbios: “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás del sueño? Un poco de sueño, dormitar otro poco, y otro poco descansar mano sobre mano: así te llegará la miseria como un vagabundo, la pobreza como un hombre armado.”
(Proverbios  6.9-11).
Hoy en día, las cosas avanzan a una celeridad tal que se ha vuelto cada vez más imperioso saber administrar el tiempo. Un día, una hora o un minuto desperdiciado puede implicar un gran inconveniente para nuestro trabajo, nuestros estudios o nuestra familia.
El uso excesivo del tiempo invertido en el trabajo puede cobrarnos a la larga por medio de una crisis en nuestra familia. El exceso de tiempo invertido en las distracciones puede ocasionar serias pérdidas financieras para el hogar y consecuentemente, continuas peleas matrimoniales.
No podemos alargar las horas del día para darnos abasto con todas las obligaciones tanto laborales como familiares y de otra índole que tenemos, pero sí podemos aprender a administrar correctamente nuestro tiempo.
Una mala administración del tiempo es, en muchos casos, el fruto de un descuidado uso de este bien. No saber en qué nos hallamos gastando nuestro tiempo nos lleva a usar más de lo necesario en tareas sin importancia.
El tiempo que dediquemos a nuestra familia es muy importante, nuestros hijos son la mejor inversión.
Otro elemento que debemos considerar es el crecimiento personal. Nosotros necesitamos crecer en aquello en lo que somos buenos. Si nos esforzamos por darle capacitación a nuestras habilidades, lo más probable es que a la larga tengamos una habilidad con un plus de capacitaciones que harán nuestra hora de trabajo más valiosa.
Finalmente, nuestro tiempo dedicado a DIOS, por lo general suele ser el que más sufre de nuestra inadecuada administración del tiempo. Por lo general dedicamos entre 80 y 140 horas al año a DIOS. El primer caso (80) es el de quienes únicamente asisten a la iglesia. El segundo caso (140) es el de aquellos que asisten y dedican de cinco a diez minutos diarios a la oración. Estos tiempos equivalen a menos del 4% del tiempo libre con que contamos. Sobre el tema del valor de esta inversión, quizás sea suficiente con mencionar las palabras de Jesús al respecto: “De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida”. (Mateo 16.26).
Quizás se trate de la más grande inversión de todas. Esta equivale al crecimiento total de nuestra persona, al fortalecimiento de nuestra familia y al sustento en tiempos buenos y en tiempos de crisis.
Aunque sólo a algunos pide DIOS que abandonen los asuntos de este mundo y se dediquen de lleno a su obra, todos podemos ser beneficiados con el tiempo que entregamos al Señor.
Evidentemente, esto no quiere decir que abandonemos nuestros trabajos por dedicarnos al ministerio, a menos que hayamos recibido de DIOS dicho llamado, pero sí que sepamos aprovechar nuestro tiempo en este crecimiento total de nuestra vida que implican la lectura de su palabra, la oración y el discipulado.
Dios les bendiga abundantemente.

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