LECTURA
DIARIA:
Zacarías
capítulo 10
Zacarías
recuerda a Judá que Dios tiene poder sobre la lluvia, aun en la estación tardía
(la primavera), cuando uno asume que habrá suficiente lluvia.
Zacarías
se refiere al juicio de Dios contra líderes pasados y presentes de Judá y el
futuro papel del Mesías como buen pastor, incluyendo el efecto restaurador que
ello tendrá. De nuevo, este pasaje se entiende mejor desde la perspectiva
mesiánica y apocalíptica.
Los
líderes, que deben ser pastores para el pueblo, son presentados como jefes, a
los que Dios castigará.
La
profecía de Zacarías, más de quinientos años antes de la primera venida de
Cristo, lo llamó «la piedra angular», «la clavija», «arco» que gana la batalla
y «apremiador» que es un hombre de acción; Este Mesías sería fuerte, estable,
victorioso y confiable, todo esto al mismo tiempo. La solución a los problemas
de Israel. Solo mediante el Mesías se cumplirán todas las promesas para el
pueblo de Dios.
La
«casa de Judá» se refiere al reino del sur y «la casa de José» al reino del
norte. Efraín era la tribu más destacada en el reino del norte, llevaba el
nombre del hijo de José. Algún día Dios unirá a su pueblo. El versículo 6 nos
habla acerca de la reunificación de los judíos. Esta era una idea sorprendente:
el pueblo del reino del norte se diluyó tanto entre otras culturas después del
cautiverio, que la reunificación no sería posible por esfuerzo humano sino solo
por Dios.
Aunque
el pueblo del pacto sea esparcido entre las naciones, Dios promete que
volverán. Esta profecía se cumplió parcialmente en los días de Zacarías con el
retorno de los exiliados de Babilonia. Pero su consumación final ocurrirá en la
Nueva Jerusalén, donde no solamente los judíos, sino todos los pueblos,
adorarán a Dios.
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