UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA IMPORTANCIA DE LA MAYORDOMÍA
Como
un cuarto desordenado donde no se puede encontrar nada y donde vivir parece
arriesgado es la vida de una persona que no sabe administrar correctamente los
dones que DIOS le ha encargado.
Cada uno de nosotros somos llamados a realizar
una adecuada administración de los bienes recibidos.
De
DIOS, nuestro Padre, no sólo recibimos la vida o la salud. De Él también vienen
el tiempo que tenemos, las habilidades y talentos que nos caracterizan y el
dinero de que disponemos. De cada uno de ellos deberemos dar cuentas a DIOS
respecto de la manera cómo los administramos. Uno de los textos más importantes
al respecto en la Biblia es este de Lucas 12. 42-46:
“Y
el Señor dijo: ¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien
su señor pondrá sobre sus siervos para que a su tiempo les dé sus
raciones? Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo
encuentre haciendo así. De verdad os digo que lo pondrá sobre todos sus
bienes. Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tardará en
venir”; y empieza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer, a beber y
a embriagarse; el señor de aquel siervo llegará un día, cuando él
no lo espera y a una hora que no sabe, y lo azotará severamente, y le
asignará un lugar con los incrédulos”.
Cada
persona tiene una habilidad, pero estas no son nada si no las sabemos
desarrollar y maximizar. Esto sólo lo podemos lograr si aplicamos tres cosas:
Preparación
Es
decir, dar a nuestras habilidades las herramientas que provienen de una carrera
o de una capacitación específica. Hoy en día, más que nunca, las habilidades no
son suficientes pues hay millones de personas que pueden poseer las mismas
habilidades que nosotros. Lo que nos hace valiosos es la preparación que le
demos a nuestra habilidad por medio de la educación. El secreto del éxito en la
vida de un hombre está en prepararse para aprovechar la ocasión cuando se
presente.
Capacitación
No
basta con haberse preparado en el pasado, en el colegio o en la universidad. En
un mundo en el cual la tecnología avanza a pasos agigantados, dejar de
capacitarse es anularse inmediatamente. Entregar réditos por las habilidades
que hemos recibido, en ocasiones también implica seguirse capacitando de manera
continua. Aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se
retrocede.
Esfuerzo
La
habilidad no hace nada por sí misma. Nosotros, con esfuerzo le sacamos el
máximo potencial. Es notable que en el texto de Josué 1.9 DIOS mande a Josué a
esforzarse para poder cumplir con la tarea que DIOS le ha encomendado. Muchas
veces nos enfocamos sólo en la última parte de este versículo: “yo estaré
contigo dondequiera que tú vayas”. Esto último es cierto, pero también lo es el
llamamiento a esforzarnos. Sólo es cuestión de voluntad.
Decía
al respecto Albert Einstein: Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
Dios
les bendiga abundantemente.
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