LECTURA
DIARIA:
Zacarías
capítulo 5
La
sexta visión del rollo que vuela, que se dice era de veinte codos de largo (10 m),
y diez codos (5 m) de ancho, condena los pecados de hurto y de jurar en falso.
El tamaño del rollo denota lo serio de la cuestión; el hecho de que vuele
muestra que se trata de un juicio de Dios.
En
esta visión al profeta le es dado un mensaje de condenación.
El
castigo del rollo que volaba se ejecutó en contra de quienes violaron la Ley de
Dios, sobre todo al robar y al mentir. La mujer del efa personificaba a la
maldad y por lo tanto esta visión mostraba que la maldad no solo se castigaría
con severidad (la visión del rollo que vuela), sino que también desaparecería
(la visión de la mujer en el efa).
La maldad es llevada a tierra de Sinar (Babilonia). En tiempos de esta profecía Babilonia aparece como el centro de la idolatría y la maldad. Simbólicamente la maldad es trasladada de Judá a Babilonia. Los judíos exiliados regresan de Babilonia a Judá, y la maldad debe recorrer el camino inverso.
La maldad es llevada a tierra de Sinar (Babilonia). En tiempos de esta profecía Babilonia aparece como el centro de la idolatría y la maldad. Simbólicamente la maldad es trasladada de Judá a Babilonia. Los judíos exiliados regresan de Babilonia a Judá, y la maldad debe recorrer el camino inverso.
La
maldad y el pecado (como los representa la mujer) se llevaron lejos, «en tierra
de Sinar». Algún día el pecado se eliminaría de la faz de la tierra.
La
efa era una unidad de medida para los granos básicos. El hecho de que ella
estuviera en una caja encerrada con una tapa tan pesada (plomo), es,
seguramente, señal de la potestad que Dios tiene sobre la misma.
Esta
visión tiene una gran importancia si tenemos en cuenta que su mensaje es la
purificación de la tierra, la erradicación completa de la maldad. Esta visión
guarda una relación muy estrecha con la anterior que señalaba el castigo que
vendría sobre la tierra por causa de la maldad de los hombres; pero el pecado
de la humanidad solo podrá ser erradicado cuando la misma fuente de maldad sea
también destruida.
Cuando
Jesucristo reine, se quitará todo pecado y la gente vivirá segura y en paz.
Cuando Cristo murió, apartó el poder y el castigo del pecado. Cuando confiamos
en El para el perdón, El elimina el castigo del pecado y nos da el poder de superar
el pecado de nuestra vida. Cuando Él vuelva, acabará con el pecado de la
tierra.
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