LECTURA
DIARIA:
Zacarías
capítulo 1
El
rey Ciro de Persia derrotó a Babilonia en 539 y decretó que los cautivos podían
regresar a su tierra natal.
Zacarías y Hageo estaban entre los primeros en
regresar. Zacarías, profeta y sacerdote, comenzó su ministerio en la misma
época que el profeta Hageo (520-518 a.C.). Su primera profecía la dio dos meses
después de la primera profecía de Hageo.
Dios
le recuerda a su pueblo el juicio que vino sobre sus padres en el 586 a.C.,
cuando Nabucodonosor derrotó al rey Sedequías, con el resultado de la
destrucción de la ciudad y el templo, y la deportación de muchos judíos a
Babilonia.
De
la conocida frase: “De tal palo, tal astilla”, se desprende que los hijos salen
iguales a los padres. Sin embargo, Dios advirtió a Israel que no fuera como sus
antepasados, que lo desobedecieron y cosecharon las consecuencias: juicio.
El
término Jehová de los ejércitos aparece 53 veces en este libro y se refiere al
hecho de que Dios es el Señor de todos los ejércitos del universo, tanto
espiritual como material.
Las
próximas ocho visiones fueron recibidas a los veinticuatro días del mes
undécimo, que es el mes de Sebat, en el año segundo de Darío , rey de Persia.
De acuerdo con ello, la mayoría de los especialistas modernos fechan las
visiones el 15 de febrero del 520 a.C.
El
más importante mensaje de esta primera visión es que Dios se dispone a ayudar a
los israelitas regresados del exilio a restaurar el templo y las ciudades. Se
trata de un mensaje de consuelo y aliento, el cual ofrece protección divina a
un pueblo que ha estado esperando un largo tiempo (setenta años) para que Dios
levante su juicio y lo haga prosperar.
El
ángel de Jehová vio que todas las naciones estaban seguras y en paz mientras
que Israel seguía oprimida y despreciada. Pero Dios planeaba un cambio. Liberó
a su pueblo y ahora le permitiría volver y reconstruir el templo.
Dios
decretó que su pueblo permaneciera cautivo setenta años. El tiempo se cumplió y
el ángel le pidió a Dios que actuara pronto para cumplir lo prometido y que el
pueblo regresara a Jerusalén.
.Dios
protege amorosamente al pueblo del pacto. Quienquiera que dañe al pueblo de
Dios «toca la niña de su ojo».
Aunque
las naciones paganas afligieron al pueblo de Dios más allá de sus intenciones,
Dios era capaz de detenerlos. Usó estas naciones para castigar a su pueblo
pecador. Cuando las naciones transgredieron su plan y trataron de destruir a
Israel como nación, El intervino.
Los
caballos de la primera visión, y sus
colores simbolizaban la participación de Dios en los gobiernos del mundo. El
significado completo de los colores se desconoce, a pesar de que el alazán
(rojizo) a menudo se asocia con la guerra y el blanco con una victoria final.
Los
cuernos de la segunda visión eran cuatro potencias mundiales que oprimieron a
Israel: Egipto, Asiria, Babilonia y Medo-Persia. Los carpinteros eran las
naciones utilizadas para derrotar a los enemigos de Israel. Dios las levantó para
juzgar a los opresores de su pueblo.
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