LECTURA
DIARIA:
Nahúm
capítulo 2
El
destruidor del que habla el mensaje del
profeta representa a la coalición de medos, babilonios y escitas que se
preparaba para atacar a Nínive.
Los asirios practicaron una política de
deportar a los pueblos y dispersarlos por todo el imperio, despojándolos de sus
identidades nacionales y de toda continuidad histórica. Pero Asiria, el gran
destruidor, será destruida por otros. Las breves y entrecortadas expresiones,
guarda la fortaleza, vigila el camino , descubren la urgencia de prepararse
para un ataque inminente; pero una cierta ironía se deja sentir, porque todos
los esfuerzos asirios son inútiles ante lo inevitable del juicio divino.
Este
capítulo predice los hechos de 612 a.C. cuando la coalición de los ejércitos
babilónico y medo saquearon la impenetrable Nínive.
La
ruina de Asiria se eclipsa ante la restauración del pueblo de Dios. Jehová
restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel: O sea, de los reinos
del norte y el sur. Como el reino del norte nunca más resurgió, la alusión de
Nahúm parece abarcar las futuras bendiciones del pueblo de Dios en la edad de
la Iglesia, el Milenio, y el mundo por venir; todas éstas son parte de lo que
en el AT se llama «el Día del Señor».
Asiria
saqueó y aplastó al reino del norte y deportó a su pueblo en 722 a.C. Asiria
también atacó al reino del sur (aquí llamado Jacob).
El
conflicto de los valientes entre los invasores y las tropas de Nínive ya está
planteado. Las armas a utilizar se describen gráficamente: Los escudos
enrojecen mientras se disponen a entrar en combate. Los valientes están
vestidos de grana, el color de los uniformes de los invasores. Los carros, el
arma más temible en aquella época, se precipitan hacia adelante con gran
estruendo.
El
rey de Asiria inspecciona sus mejores tropas, pero aquellos esfuerzos serían
vanos ante la destreza de los atacantes. En este punto, los invasores parece
que habían atravesado el primer foso de 50 m de ancho que rodeaba a Nínive y
colocado rampas móviles contra una o más de las 15 puertas que daban acceso a la
ciudad.
Nínive
fue alguna vez como un bello estanque de aguas , con sus canales bien
diseñados, pero ahora Dios la ha dejado secar. Fuentes antiguas atestiguan el
enorme botín sacado de Nínive.
En
un giro irónico, Nahum evoca la figura de un león para burlarse de la caída de
Nínive. El león era el símbolo de la nación, y los monarcas asirios a veces se
llamaban a sí mismos «rey de las bestias».
.La
fuente principal de la economía de Asiria era el botín que obtenía de otras
naciones. Los asirios robaban la comida de los inocentes para mantener su
lujoso nivel de vida, privando a otros para suplir sus excesos. Este acto para
satisfacer el lujo de unos pocos es un pecado que provoca la ira de Dios. Como
cristianos debemos oponernos firmemente a esta práctica malvada.La caída de
Nínive es un acto de retribución divina. Fuentes antiguas y excavaciones
modernas confirman que porciones de la ciudad fueron quemadas. La caída de
Nínive silenció a los asirios para siempre.
Dios
le dio al pueblo de Nínive una oportunidad de arrepentimiento, lo que aceptaron
después de escuchar a Jonás (véase el libro de Jonás). Pero ahora volvieron a
su pecado y sus consecuencias los estaban destruyendo.
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