UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
ACTITUD QUE LLEVA AL FRACASO
Hay
muchos pasajes en la Biblia que apoya la verdad de la existencia de satanás en
la tierra y ofrece muchos datos sobre su identidad, su trabajo, su finalidad y
su final, pero nos interesa conocer a fondo lo que llevo a este querubín
grande, protector puesto en el monte santo por DIOS mismo, al desacato de la más
sublime autoridad, la de DIOS.
Es muy difícil de comprender que alguien a quien
Dios creó en estado de perfección, como querubín a cargo de millares de ángeles,
viviendo al lado de DIOS, con todo, pero que de pronto decida rebelarse contra
DIOS.
Hay
también dos pasajes en la Biblia en Isaías 14 y Ezequiel 28 que describen la
caída de dos soberanos que se creían poderosos. En Isaías se presenta la manera
como DIOS termina con el orgullo, soberbia y autosuficiencia del rey
Nabucodonosor hasta llevarlo al más bajo nivel de humillación, comer, dormir y
posar como un animal en el campo. En Ezequiel se presenta al rey de Tiro quien
por su poder, belleza, riqueza y fama se infló de orgullo, soberbia, jactancia,
vanidad, y autosuficiencia por lo cual DIOS lo castigo hasta hacerlo
desaparecer y ser olvidado por todos los que se maravillaban de él.
Sin
embargo, el propósito principal de estos dos pasajes no solo es darnos a saber
la manera como DIOS humilló a estos dos reyes soberbios que trataron de
suplantar a DIOS al creerse ellos casi como dioses.
No
ha habido, no hay, ni habrá dios u hombre alguno que suplante a DIOS, aunque lo
intentan, pero cada uno poco a poco termina desapareciendo.
La
actitud incorrecta de los tres, el querubín, el rey de Babilonia y el de Tiro,
sobre quien es DIOS y quienes eran ellos, fue lo que puso el primer paso hacia
la creación de un personaje falso, vano, ilusorio. Un personaje que se
alimentaba del orgullo, del aplauso, de la fama, de la riqueza, de los halagos,
de los gritos de reverencia y del reconocimiento de los demás. Una actitud de
soberbia, orgullo, superioridad, autosuficiencia es lo que lleva a las personas
a nunca sentirse satisfecha, porque siempre buscan y quieren más.
Jamás
podían llegar a ser DIOS, pero ellos querían llegar a ser dioses, por tanto, lo
buscaron, escalaron, y la gente siega, sorda, muda y tonta les concedieron todo
lo que ellos pedía, y el ego de los tres cada vez más se inflaba, se inflaba
hasta ya no poder más, hasta estar en la cima como globos inflados.
Ese
es el más grande peligro, creerse lo que no se es, desear tener lo que
realmente no se debe ni se puede tener. Aparentar tener lo que no se tiene.
El
fracaso más grande de una persona es sentirse superior a los demás, es llenarse
de orgullo, soberbia, jactancia, envidia, vanagloria, y considerarse el mejor,
el más grande, el indispensable, el que lo sabe todo, el que no necesita de
nadie, pero todos necesitan de él.
El
considerarse casi un dios como satanás por lo cual fue expulsado y condenado al
infierno eterno por su rebelión, el sentirse como un dios como Nabucodonor por
lo cual DIOS lo humillo hasta vivir, comer y dormir como un animal, y el
sentirse como el intocable e incomparable rey de Tiro a quien DIOS lo castigo
hasta exterminarlo de la tierra por su soberbia.
Los
tres tuvieron el mismo pecado, el orgullo, la soberbia, la autosuficiencia que
los cegó, enmudeció y tapo la capacidad auditiva lo cual los llevo hasta el más
duro fracaso.
Con
todo, DIOS es bueno y misericordioso. De los tres, Nabucodonosor dice la Biblia
que reconoció su gran error, y confeso con su boca que el único DIOS verdadero
era el DIOS de Daniel. DIOS lo perdonó y lo restauró a su posición de rey ya
transformado.
Del
rey de Tiro no se dice que se haya arrepentido, solo se dice que fue raído de
la tierra y nadie más se acuerda de él.
Satanás,
fue condenado por ser el adversario y enemigo
de DIOS, de su plan redentor y del Mesías Redentor y finalmente ser lanzado al
infierno, lugar preparado para él y sus ángeles rebeldes.
Pero
cuidado, pues el enemigo todavía está activo, y su trabajo es conquistar
adeptos o por lo menos instrumentos para que le ayuden a propagar esta actitud
maligna, carnal, y dañina dentro de las iglesias y del mundo entero.
Este
es el trabajo del enemigo, y cuando nos sentimos superior a los demás, cuando
discriminamos, cuando hacemos acepción
de personas, cuando sentimos orgullo, envidia, soberbia, jactancia, vanagloria,
y nos creemos mejor que los demás, no solo estamos promoviendo el espíritu
satánico sino que estamos siendo instrumento del diablo.
Esto
termina solo volviéndonos a DIOS, reconociéndolo delante de DIOS, pidiendo
perdón, tomando la decisión de dejar todo atrás al dejar que el Espíritu nos
controle. Así que, llenémonos del amor de DIOS, apeguémonos a lo que dice la
Biblia y comprometámonos a vivir solo para cumplir la misión de Jesús, que consiste
en dar a conocer a DIOS, amar a DIOS y al prójimo como Cristo nos ha enseñado
con toda humildad.
Dios
les bendiga abundantemente.
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