sábado, 26 de mayo de 2018

Un momento... LA ACTITUD QUE LLEVA AL FRACASO



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA ACTITUD QUE LLEVA AL FRACASO

Hay muchos pasajes en la Biblia que apoya la verdad de la existencia de satanás en la tierra y ofrece muchos datos sobre su identidad, su trabajo, su finalidad y su final, pero nos interesa conocer a fondo lo que llevo a este querubín grande, protector puesto en el monte santo por DIOS mismo, al desacato de la más sublime autoridad, la de DIOS.
Es muy difícil de comprender que alguien a quien Dios creó en estado de perfección, como querubín a cargo de millares de ángeles, viviendo al lado de DIOS, con todo, pero que de pronto decida rebelarse contra DIOS.
Hay también dos pasajes en la Biblia en Isaías 14 y Ezequiel 28 que describen la caída de dos soberanos que se creían poderosos. En Isaías se presenta la manera como DIOS termina con el orgullo, soberbia y autosuficiencia del rey Nabucodonosor hasta llevarlo al más bajo nivel de humillación, comer, dormir y posar como un animal en el campo. En Ezequiel se presenta al rey de Tiro quien por su poder, belleza, riqueza y fama se infló de orgullo, soberbia, jactancia, vanidad, y autosuficiencia por lo cual DIOS lo castigo hasta hacerlo desaparecer y ser olvidado por todos los que se maravillaban de él.
Sin embargo, el propósito principal de estos dos pasajes no solo es darnos a saber la manera como DIOS humilló a estos dos reyes soberbios que trataron de suplantar a DIOS al creerse ellos casi como dioses.
No ha habido, no hay, ni habrá dios u hombre alguno que suplante a DIOS, aunque lo intentan, pero cada uno poco a poco termina desapareciendo.
La actitud incorrecta de los tres, el querubín, el rey de Babilonia y el de Tiro, sobre quien es DIOS y quienes eran ellos, fue lo que puso el primer paso hacia la creación de un personaje falso, vano, ilusorio. Un personaje que se alimentaba del orgullo, del aplauso, de la fama, de la riqueza, de los halagos, de los gritos de reverencia y del reconocimiento de los demás. Una actitud de soberbia, orgullo, superioridad, autosuficiencia es lo que lleva a las personas a nunca sentirse satisfecha, porque siempre buscan y quieren más.
Jamás podían llegar a ser DIOS, pero ellos querían llegar a ser dioses, por tanto, lo buscaron, escalaron, y la gente siega, sorda, muda y tonta les concedieron todo lo que ellos pedía, y el ego de los tres cada vez más se inflaba, se inflaba hasta ya no poder más, hasta estar en la cima como globos inflados.
Ese es el más grande peligro, creerse lo que no se es, desear tener lo que realmente no se debe ni se puede tener. Aparentar tener lo que no se tiene.
El fracaso más grande de una persona es sentirse superior a los demás, es llenarse de orgullo, soberbia, jactancia, envidia, vanagloria, y considerarse el mejor, el más grande, el indispensable, el que lo sabe todo, el que no necesita de nadie, pero todos necesitan de él.
El considerarse casi un dios como satanás por lo cual fue expulsado y condenado al infierno eterno por su rebelión, el sentirse como un dios como Nabucodonor por lo cual DIOS lo humillo hasta vivir, comer y dormir como un animal, y el sentirse como el intocable e incomparable rey de Tiro a quien DIOS lo castigo hasta exterminarlo de la tierra por su soberbia.
Los tres tuvieron el mismo pecado, el orgullo, la soberbia, la autosuficiencia que los cegó, enmudeció y tapo la capacidad auditiva lo cual los llevo hasta el más duro fracaso.
Con todo, DIOS es bueno y misericordioso. De los tres, Nabucodonosor dice la Biblia que reconoció su gran error, y confeso con su boca que el único DIOS verdadero era el DIOS de Daniel. DIOS lo perdonó y lo restauró a su posición de rey ya transformado.
Del rey de Tiro no se dice que se haya arrepentido, solo se dice que fue raído de la tierra y nadie más se acuerda de él.
Satanás, fue condenado por ser el adversario y  enemigo de DIOS, de su plan redentor y del Mesías Redentor y finalmente ser lanzado al infierno, lugar preparado para él y sus ángeles rebeldes.
Pero cuidado, pues el enemigo todavía está activo, y su trabajo es conquistar adeptos o por lo menos instrumentos para que le ayuden a propagar esta actitud maligna, carnal, y dañina dentro de las iglesias y del mundo entero.
Este es el trabajo del enemigo, y cuando nos sentimos superior a los demás, cuando discriminamos, cuando  hacemos acepción de personas, cuando sentimos orgullo, envidia, soberbia, jactancia, vanagloria, y nos creemos mejor que los demás, no solo estamos promoviendo el espíritu satánico sino que estamos siendo instrumento del diablo.
Esto termina solo volviéndonos a DIOS, reconociéndolo delante de DIOS, pidiendo perdón, tomando la decisión de dejar todo atrás al dejar que el Espíritu nos controle. Así que, llenémonos del amor de DIOS, apeguémonos a lo que dice la Biblia y comprometámonos a vivir solo para cumplir la misión de Jesús, que consiste en dar a conocer a DIOS, amar a DIOS y al prójimo como Cristo nos ha enseñado con toda humildad.
Dios les bendiga abundantemente.

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