LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 42
Israel
fue previamente proclamado siervo de Dios. El siervo parece ser aquí alguien
diferente. El uso que hace el NT de este versículo lo convierte en un texto
claramente profético, que se cumple en Cristo. Como tal, es el primero de los
cuatro «cánticos del siervo» que evoca a Cristo.
Isaías
profetiza que Cristo traerá justicia a las naciones sin violencia; alentará a
los quebrantados; y no se detendrá hasta terminar su obra. He puesto sobre él
mi Espíritu, El Siervo cumplirá la misión que se le ha encomendado a través del
poder del Espíritu Santo.
Los
versículos 2, 3 y 4 se citaron en Mateo 12.18-21 en referencia a Cristo. El
siervo escogido revela un carácter de mansedumbre, aliento, justicia y verdad.
Parte
de la misión de Cristo en la tierra es demostrar la justicia de Dios y ser luz
para los gentiles (todas las naciones). A través de Cristo, toda la gente tiene
la oportunidad de abrazar su misión. Dios nos llama a ser siervos de su Hijo,
demostrando la justicia de Dios y llevando su luz.
Tanto
a Israel como al Mesías se les llama a menudo Siervo. Israel, como siervo de
Dios, tenía que ayudar al mundo a conocer a Dios. El Mesías, Jesús, cumpliría
esta tarea y mostraría al mundo a Dios mismo.
Los
logros del Siervo convocan a un nuevo cántico de alabanza a Jehová. Cedar era
una tribu del área septentrional del desierto de Arabia. Sela parece ser Petra.
La
segunda parte del capítulo Isaías pasa a otro tema. Mi siervo (v. 19) es aquí
Israel/Judá; esta sección contiene un lamento sobre la desobediencia que dio
lugar a la ira de Dios. La cuestión fundamental que condujo al juicio divino
fue el confiar en imágenes de fundición.
A
causa del pecado y la rebelión, fallaron. Dios envió a su Hijo, Cristo, como
Mesías para cumplir su misión en la tierra.
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