UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DILEMA
ENTRE DOS COSAS
Esta
es la realidad de la sociedad actual, que cada persona quiere vivir como
quiere, hace lo que bien le parece, esta donde desee, y vive como se le antoje
porque ninguna persona tiene derecho, ni libertad para decirle lo que debe
hacer, y mucho menos juzgarlo por lo que piensa, siente y hace.
Esto
se llama anarquismo mental, egoísmo personal, rebeldía social y
decadencia espiritual.
Mucha
gente, de esta sociedad postmoderna ha cambiado el orden natural de las cosas,
aunque ya lo anticipó el profeta Isaías, que a las cosas buenas las llaman
malas y a las cosas malas las llaman buenas (Isaías 5.20).
La
base para determinar lo que es bueno, para estas personas, es la razón
(absolutismo), es su conveniencia (egoísmo), es su libertinaje (rebeldía) y es
su lógica (entenebrecimiento mental).
Jamás
puede la razón ser un buen juez para determinar lo que es bueno, correcto y
justo para una persona pues ésta no solo es imperfecta sino que tiene
limitaciones como humana que es. La razón hace alianza con el corazón, el cual
ligado a un sentimiento que no necesariamente es bueno, determinan lo que según
ellos es correcto, aun cuando esto esté en contra de lo que DIOS ha dicho, lo
que la Biblia dice, lo que el estándar de la sociedad práctica, y aun cuando
las cosas no ayudan sino que solo fraccionan a las personas.
Decir
que solo nosotros estamos en lo correcto, y que solo basados en nuestro razonamiento tenemos la
verdad absoluta es hedonismo, soberbia, arrogancia y es tomar el papel de DIOS.
Esto
es rebeldía, autosuficiencia, antropocentrismo, porque está centrado en el ego del
hombre mismo al dejar a DIOS fuera de todo. Es un absolutismo que ningún
ser humano puede tener, solo DIOS es absoluto y perfecto. Dejar
fuera a DIOS es retomar el pensamiento de Descartes.
Determinar
que lo que uno cree y hace es siempre lo correcto. Creer, pensar y hacer lo que
sea aunque con su conducta, comportamiento y hechos atropelle el derecho, la
libertad, la fe, la verdad, y la dignidad de otra persona es irresponsabilidad
humana e irracional.
Es
la sociedad en que vivimos, donde por la erosión de los valores morales y
espirituales, intelectuales y familiares, cada persona tomando la
libertad como la cobertura que le permite creer, pensar, sentir y decidir
independientemente de los demás, determina lo que es bueno, correcto, y
verdadero.
Hay
irrespeto y desvalorización de la vida de las personas sin precedencia.
Hay un libertinaje donde se ha dado rienda suelta a la lujuria, al despilfarro
no solo de dinero sino de la vida, del tiempo, la energía, a costa del descuido
de la familia, de la integridad, de la verdad y de la moral.
Lo
triste es que el siguiente día, esta misma gente, como dice el libro de
Proverbios 26 versículo 11, vuelve al mismo modo de vivir.
Esta misma gente, dice Proverbios, vuelven por la noche a la misma realidad,
a las mismas andadas.
El
apóstol Pedro habla de esto también en su segunda carta en el capítulo 2.
La
gente que vive según el criterio de su mal llamada “libertad”, no se da cuenta
que vive atado de sus vicios, el pecado los sujeta y los hace esclavos de sus
malas decisiones. Pero lo peor que
quieren convencer a otros para arrastrarlos a la oscuridad en la que viven.
Los
engañadores diseminan y promueven el error, y quedan vacíos porque no hay
verdad en ellos.
Por
eso la mejor manera de vivir es hacerlo apegado a la verdad de DIOS y vivir de
acuerdo a sus reglas para no tropezar en nuestro camino diario y no caer en las
tinieblas del error.
“Lámpara
es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. Salmo 119.105.
Dios
les bendiga abundantemente.
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