LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 33
¡Ay
de ti, que saqueas!: Parece una alusión a Senaquerib, rey de Asiria, quien ha
traicionado y saqueado a Judá, aunque algunos piensan que se refiere a
Babilonia. El saqueador será a su vez saqueado y destruido debido a que
Jerusalén depositará su confianza en Jehová.
Los
asirios quebrantaban siempre sus promesas, pero demandaban que los otros
cumplieran las suyas.
Pero
el remanente justo que esperaba en Dios para ser libres de la opresión.
Cuando
se establezca el reino de Cristo, Sion (Jerusalén) será la casa de juicio y
justicia ya que el Mesías reinará allí. Como una luz para el mundo, la nueva
Jerusalén será la santa ciudad.
Jehová
triunfará a pesar de la gran devastación ocasionada por los asirios en toda el
área, desde Basán (al este del Jordán) al Carmelo y el Líbano (en la costa
sudoccidental)
Los
asirios quebrantaron el tratado de paz
Los
lugares fructíferos y productivos se volverían desiertos. El Líbano se conocía
por sus enormes cedros. Sarón era muy fértil. Basán era muy productiva en grano
y ganadería. El Carmelo era un monte espeso.
¿Quién
resistirá la prueba del fuego consumidor? El justo, quien también verá al Rey
en su hermosura, según una brillante profecía. Tras la victoria que Jehová le
permitió obtener a Asiria sobre Judá, los dignatarios asirios, que dominaron
por un tiempo y hablaron una lengua difícil de entender, serían removidos.
Jerusalén ( Sion ) se compara con el tabernáculo en el desierto, cuyas estacas
y cuerdas no serán tocadas en la futura quietud de la ciudad, en tanto Jehová
mora junto a su pueblo.
Los
pecadores se dieron cuenta de que no podrían vivir en la presencia del
Dios Santo, ya que es un fuego que consume el mal. Solo los que caminan
rectamente y hablan lo que es bueno pueden vivir con Dios. Isaías nos da
ejemplos de cómo podemos demostrar nuestra justicia y rectitud: rechazar
ganancias recibidas por extorsión y sobornos, negarnos a escuchar planes de
acciones malas y cerrar nuestros ojos al mal. Si somos justos en nuestras
relaciones, moraremos con Dios y El suplirá nuestras necesidades.
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